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Chifuyu caminaba tranquilamente a mi lado, mientras me contaba lo lindo y juguetón que era Peke j.

Un nombre un poco inusual para su gato.

— Es lo más hermoso que verás en tu vida te lo juro – presumió – ¿tu no tienes mascotas?

— Nop – negué moviendo la cabeza de un lado a otro – la última vez que tuve uno fue un hamster

— ¿Y qué le pasó?

— Terminó en tragedia – contesté – en resumen, se perdió y encontramos su cadáver en el patio por falta de alimento

— No puede ser – puso una expresión triste – pobrecito no debo imaginar cuánto sufrió

— Al menos está en un lugar mejor – suspiré – eso fue hace años como quiera, no te preocupes

— Entiendo – asintió – sí algo le pasara a mi gato no sé cómo reaccionaría

— Siempre está en tu casa encerrado ¿cierto? – él confirmó lo que dije – entonces no hay nada que temer

— Eso espero – sonrió levemente – como sea voy a valer cola en el examen del lunes

— ¡Es matemáticas! No es tan malo – hablé despreocupado.

— Eso lo dices porque tú le entiendes ¡pero para mí es como el infierno! – se quejó.

Habíamos quedado en estudiar en la casa de Chifuyu, le ayudaría con la materia de matemáticas y él me enseñaría un poco de todo en general. Por fortuna sus padres estaban trabajando y ahora sí se iban a tardar.

Aunque no es como que vayamos a hacer otra cosa.... no claro que no.

— Sólo iremos a estudiar ¿ok? – advertí.

— ¿Por qué me miras como si fuera el malo? Obviamente estudiaremos – soltó sarcástico para luego reírse.

— ¡Chifuyu Matsuno!

— Es sexy que me hables por mi nombre completo pero procura hacerlo en la cama – respondió cómico.

— Eres un bobo – no pude evitar sonreír de igual forma – cuando te conocí no creí que fueras así

— Supongo que con el primer chico que me acosté me eché a perder – confesó como si fuera lo más normal del mundo.

"El primero chico, eh" pensé curioso.

Quería saber, pero sabía que estaba mal indagar.

— Bueno eso quiere decir que t-

Antes de que pudiera decir alguna palabra percibí la sombra de Chifuyu pasar frente a mí con velocidad. Lo seguí con la mirada y mis ojos se abrieron como platos al ver que se dirigía a una calle donde justamente estaba por pasar un camión.

— ¡Chifuyu! – grité corriendo hacía él.

Jamás había sentido tanta desesperación.

Él agarró algo tan rápido como pasó en medio de la calle y cayó en la banqueta del otro lado, justamente un segundo después el camión pasó rápidamente sin detenerse en un instante.

Cuando se intentó levantar soltó un quejido, alzó su rostro seguramente para verme y decir que estaba bien.

Pero fue interrumpido por mi abrazo, ocasionando una impresión por mi acción.

— Mierda estás bien – susurré apretando más su espalda, mi cuerpo temblaba por el susto.

— Cálmate Kazu pareces más preocupado tú que yo que me lancé – exclamó tratando de sonar divertido, cosa que no resultó – oye ¿qué pasa?

— ¡¿Qué pasa?! – lo sujeté de ambos lados para que me viera – sí algo te pasara no sabría que hacer ¿sabes las consecuencias que pudieron haber sucedido? ¿es que eres idiota?

— Lo siento – se mostró más serio – no quería preocuparte

— ¡¿Entonces por qué te arrojaste así de la nada?!

Sus brazos que se mantenía cerrados los abrió lentamente y entendí el por qué.

De su pecho sostenía un pequeño gatito blanco, sus ojos permanecían cerrados y su cuerpecito tiriteaba de frío.

— Quería salvarlo – habló dulcemente – de verdad perdón, no quise ponerte triste es sólo que reaccioné así

— Bueno el punto es que estás a salvo – acaricié su rostro – la próxima vez piensa antes de actuar y sí estoy ahí no dudes en pedirme ayuda

— De acuerdo – aceptó con un ligero rubor en sus mejillas.

Ahí me dí cuenta de lo que hice y me separé de un brinco.

— B-Bueno ahora ¿Qué hacemos con el gato? – murmuré dándole una caricia al gatito.

El pequeño animal comenzó a ronronear bajo mi tacto.

— Siento envidia

— ¿Hmm?

Miré a Chifuyu otra vez, había dicho algo pero como fue muy bajito no lo pude escuchar bien.

— ¿Está mal que quiera besarte ahora mismo? – expresó.

— Tonto ya levántate – repliqué y lo jale con suavidad junto con el gatito.

— Pasemos por un lugar antes, hay un refugio en dónde suelo llevar a los animales que encuentro por la calle – indicó.

— Wow ¿en serio?

— Fue donde adopté a mi Peke j – informó y abrí ligeramente la boca con sorpresa – deja de seducirme

— ¡No lo hago! Malinterpretas todo – me quejé avergonzado.

Él soltó una carcajada ante mi comentario, oh vamos así que ahora le divierte molestarme.

¡Pero maldición es tan tierno cuando ríe así!

Llegamos al lugar y me senté en una de las sillas libres, Chifuyu fue a registrar al animal y a hacer no sé qué tanto.

Sacándole el lado bueno de todo lo que pasó, al menos conocí una faceta diferente a lo que normalmente veo.

Él realmente tiene un bonito corazón, fue valiente haberse arriesgado de esa manera por un animal que cualquiera pudo haber dejado desapercibido.

Quién sabe cuántas veces tuvo que ponerse en esa situación para salvarlos.

Sonreí como un idiota, imaginando a Chifuyu sosteniendo muchos perritos y gatitos.

— ¿Por qué sonríes? ¿Te divierte que casi muero verdad? – bajé de las nubes en cuanto escuché su voz.

— Ni en broma – me incorporé de pie – siempre me sacas un susto

— Pero te gusta admítelo – comentó con superioridad – por eso estás conmigo Kazutora

Tragué saliva por su cercanía.

— Y el seductor soy yo – bromee a lo que recibí un codazo – ¡oye!

Chifuyu volvió a reír y no pude sacarle los ojos de encima en todo el trayecto.

"Lindo"

Oye Chifuyu.

Mi corazón está latiendo fuertemente por tí.

Si me enamoró de tí ¿me aceptarías?

Me pregunto qué pasará por tu mente.

Sé que dije que no caería, pero ahora estoy entendiendo por qué Baji se fijó en tí.

Tu piel, tus ojos, tu sonrisa.

Por primera vez, deseé que todo tu ser fuera mío.

Esto no va acabar bien.

Revenge | Kazufuyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora