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— Entonces entré al cuarto ¡y oh sorpresa! Inupi sobre su novio haciendo cuchi cuchi y grité sin querer así que él trató de taparse y Koko se echó a reír ¡fue traumático! – relató Senju y solté otra carcajada.

— Debió ser vergonzoso

— Definitivamente – respondió ella y paró al ver un puesto de helados – ¡Kazutora vamos por uno!

— De acuerdo

Nos acercamos al lugar, ella pidió uno de fresa y yo de vainilla. Cuando iba a pagar detuve su acción y me adelanté.

— ¡Oye!

— Yo invito – le guiñe el ojo pícaro y se sonrojó.

— Bueno sí tú dices – y le dió una probada a su cono de nieve – ¡dios es tan ricoo!

Sonreí y seguimos caminando, de alguna u otra manera esta salida de volvió una ¿cita? en un principio Senju me había dicho que sí quería salir a algún lugar ya que estaba aburrida y accedí porque tampoco tenía nada que hacer ese día.

— A propósito ¿sigues enamorado de aquel chico? – preguntó de repente, sacándome de onda – perdón no quise ser entrometida, es sólo que me dió curiosidad

— Pues ya ha pasado un mes desde que no le hablo – dije – me siento mejor por supuesto, pero hay días en los que pienso en él así que podría decirse que ¿no...?

— Ya veo – se quedó en silencio durante unos segundos – ¿y sí llega alguien?

— ¿Hmm? ¿Alguien de qué?

— No sé uhm tu sabes ¿le darías oportunidad?

— Senju, eso no va pasar – reí – nunca me han correspondido, las veces que sí, sólo duran una noche de pasión y al siguiente día nos olvidamos

— ¿Con él no fue así?

— Empezó de esa manera, pero convivimos más gracias a nuestro grupo de amigos y bueno... continuamos por un largo tiempo así

— Me pregunto cómo será – pensó en voz alta y la miré alzando una ceja – q-quiero decir, curiosidad ya sabes

No indague más y cambiamos el tema a algún otro. Eso me hizo sospechar un poco, ya que desde hace días que hablaba diferente, seguíamos tratando como siempre, pero parecía haber algo más.

Nos sentamos en el pasto puesto que el lugar que visitamos era un parque turístico, era extenso y con puestos de comida e incluso algunos juegos que anteriormente nos subimos.

Y abierto para que cualquier persona que quiera pasear o hacer ejercicio.

— Kazutora – me llamó y la miré – ¿te caigo bien?

— Sí ¿por qué?

— Temo que puedas odiarme... por lo que voy a hacer – y se abalanzó hacia mí para besarme.

No fue brusco ni lujurioso, fue un casto beso de pureza e inseguridad. Yo no podía cerrar los ojos de la impresión al mismo tiempo que veía su rostro tornarse completamente rojo.

Es linda, pero no es Chifuyu.

Se separó y abrió sus ojos cristalizados, amenazando con llorar por el rechazo.

— Senju yo...

El ruido de un vaso romperse nos hizo girar a ambos y fue más mi sorpresa cuando era Chifuyu el causante de ese estruendo.

— Mierda – maldijo y se volteó apresurando sus pasos.

— Chifuyu... – susurré lo suficiente como para que Senju me escuchase– ¡Chifuyu!

Me levanté por impulso y corrí detrás de él, olvidando con quién me encontraba en ese momento. Chifuyu se dió cuenta y apresuró el paso en dirección al estacionamiento.

— ¡Espera! – grité desesperado.

A escasos metros de subirse al auto, hice lo que en educación física jamás logré y alcancé a rodear a Chifuyu en mis brazos, deteniendo su escape.

Nuestras respiraciones nos impidieron dar cualquier otro paso al frente o caeríamos del cansancio. Sentía el corazón de Chifuyu latir rápidamente y lo solté dándome cuenta de lo que había hecho.

— L-Lo sien-

— ¡Kazutora! – me interrumpió él – siento arruinar tu momento con esa chica, de verdad no tienes que explicarme nada, simplemente no supe qué hacer y quise huir

— Yo lo entiendo pero... no sucedió nada Chifuyu, no la veo como ella, para mí es solo una amiga – expliqué.

— ¿Qué? ¿De v-verdad?

Asentí.

— Pues... que bueno que tengas amigos nuevos, me alegro por ti – contestó con un ligero tono de enojo.

No, esa no es la respuesta que quiero de Chifuyu.

— Me tengo que ir...

— Todavía no termino – apoyé mi mano en la puerta del auto, impidiendo que entre – necesitamos hablar

— ¿Ahora?

— Sino ¿cuándo? hay asuntos que no resolvimos aquella vez – hablé con seriedad.

— ¿Sí? Creí que habías dicho que no querías verme más

— Lo dije, pero me dí cuenta que tampoco era la solución

— ¿Ah sí? ¿Y qué hay que hablar? ¡Nunca fuimos nada! – soltó y sentí una punzada en mi interior.

— Lo sé pero igualmente resultase herido – me acerqué – por mi culpa te alejaste de los demás incluyendo a Baji, debió ser duro ¿no?

— P-Para nada qué dices – desvió la mirada – tampoco es como que te importe lo que piense o haga

— Me importa – dije con firmeza – incluso sí no te gusto de esa manera, al menos quiero remediarlo

— ¿Cómo?

— Estaría bien sí sólo somos amigos, pero sí no quieres de todas maneras quiero que estés con nosotros aunque no nos llevemos – mencioné – no importan mis sentimientos, quiero regresar a lo de antes, divertirnos en conjunto

— ¿Eso es todo? – me miró como sí esperara algo más, a lo que ladee mi cabeza con clara confusión – ¿y sí yo no quiero volver a lo de antes?

— Bueno... supongo que respetaré tu decisión en ese caso

— Eres un imbécil – insultó – pero yo... te quiero... conmigo

Mi corazón dió un salto al mismo tiempo que mis mejillas tomaban un color rojizo.

— ¿Qué quieres decir?

Chifuyu me agarró de la camisa para atraerme a él y así unir nuestros labios.

— Esto – espetó.

Me sentía feliz, esperaba que fuera lo que creía que era. Eso quería decir que Chifuyu también se había sentido de la misma manera que yo durante todo este tiempo ¿no? me va dar algo, maldición.

Estoy tan feliz, tan enamorado.

De repente el calor y la tensión se hicieron presente.

— Entremos al auto – ordené y Chifuyu abrió la puerta trasera tan rápido como pudo.

Iba ser un día agotador, y me alegraba estar libre hasta el día siguiente. Aún teníamos bastante por hablar, pero primero nuestra reconciliación como es debido.

Revenge | Kazufuyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora