Revenge | Kazufuyu.

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Narrador omnisciente

Baji se encontraba besando apasionadamente a aquella chica rubia de su curso en una fiesta cualquiera, luego de unas copas terminó muy borracho.

No supo qué hacer en su primer rechazo, así que quiso probar nuevas cosas con tal de distraerse.

Por el contrario, Mikey lo divisó a lo lejos y se preocupó de lo tan ido que estaba, así que decidió acercarse y apartarlo de esa mujer.

— ¿Qué carajos haces? – preguntó el pelinegro.

— Oye qué haces, déjamelo – quiso agarrarlo ella, sin embargo, Mikey fue más rápido y se interpuso – imbécil

— Mi amigo no está disponible para divertirse esta noche – justificó – permiso

Se lo llevó lejos de esa escandalosa fiesta, había venido con Sanzu pero discutieron y se fue sin esperarlo.

— La estaba pasando taaan bien – hizo un puchero.

— Te llevaré a tu casa, pediré un taxi – lo agarró fuertemente del brazo para no perderlo.

Baji no se mantenía completamente consciente, por lo que su vista falló y le mostró sólo lo que él quiso ver, confundiendo la cabellera de Mikey por el de Chifuyu.

— Fuyu

— ¿Quién? – ladeó la cabeza dispuesto a prestarle atención hasta que los labios de Baji chocaron contra los suyos.

No tardó en profundizar el beso, asimismo colocando sus manos sobre las mejillas de su mejor amigo para que no volviera a escapar.

Al separarse, un pequeño hilo se deslizó entre sus bocas, al mismo tiempo que ninguno apartaba la mirada del otro.

— Besas muy bien, pero no me gustas de ese modo Baji – soltó cómico.

— ¿Por qué? ¿Qué tiene él que yo no tenga? – sus ojos decayeron siguiendo pensando que era Chifuyu con quién hablaba.

— Es complicado... – contestó Mikey creyendo que se refería a Sanzu.

— Por favor dame una oportunidad – suplicó acariciando su mano – una noche y haré que te olvides de ese idiota

Mikey se quedó atónito, dudando de lo que debía hacer en ese instante.

— Puedo cogerte bien – exclamó confiado y colocó una mano sobre el cuello del rubio, haciéndolo jadear.

— Está bien – aceptó sin pensar.

Rápidamente paró un taxi, para irse al hotel más cercano.

— Después de esto cambiará nuestra amistad ¿sigues seguro de esto?

— Totalmente

Mikey sonrió, tal vez sería una experiencia divertida para contar, porque estaba confiado en que ningún hombre lograría cambiarle el gusto y amor que tenía por Takemichi.

Error, tras error.

•••

Mientras tanto, Kazutora comía nieve sin ánimos de hacer nada, observando la serie que transmitían en ese momento.

— Carajo debí aguantar más – volvió a decir por enésima vez en el día.

Odiaba sentirse así, por eso odiaba enamorarse.

Siempre era él, se ilusionaba y cuando quería realmente darle todo a esa persona, algo salía mal. Bueno, más bien alguien.

¿Por qué lo hizo en primer lugar? De verdad que era una persona de mierda.