Revenge | Kazufuyu.

26

Abrí los ojos de golpe, recordando la noche anterior. Me levanté y miré a mi lado para confirmar que no haya sido un sueño, efectivamente Chifuyu estaba durmiendo plácidamente en mi cama.

¿Cuántas veces lo hicimos anoche? Ni puta idea pero fue increíble.

— Oye Chifuyu despierta – lo removí un poco y éste soltó un bostezo en lo que abría sus ojitos.

— ¿Qué hora es?

— ¿Las 9? – dije al azar sin ver mi celular.

— Es muy temprano déjame dormir un poco más – se tapó volviéndose a acomodar y yo le quité la manta – ¡hey!

— Idiota tenemos mucho de qué hablar y mi padre llegará pronto – avisé tomando una camisa para vestirme – iré a darme un baño y luego prepararé el desayuno, por mientras vete acostumbrando a la luz

Chifuyu asintió aún somnoliento.

Luego de asearme y cambiarme salí de la habitación en dirección a la cocina, al cabo de unos minutos observé a Chifuyu con mi ropa y su pelo recién mojado.

Se veía tan sexy con mis marcas sobre su cuello.

— ¿Te secaste bien el cabello? – pregunté colocando los hotcakes en la mesa.

— Tengo sueño todavía – mencionó desinteresado para acto seguido sentarse a comer.

— Espera aquí ya vuelvo – comenté yendo por una toalla.

Al regresar puse la toalla sobre la cabeza de Chifuyu e hice movimientos circulares para quitarle lo mojado. Noté que Chifuyu se mostraba más indefenso por las mañanas, y eso lo hacía adorable.

— Ven a comer conmigo – sugirió con un tono suave de voz.

— Ya casi acabo – dejé la toalla en la lavandería y volví para sentarme frente a él.

Bueno ¿ahora qué? lo tengo presente pero me da vergüenza dar el siguiente paso.

— Kazutora – habló captando mi atención – sobre lo de ayer... ¿me darías una oportunidad?

Tragué saliva nervioso y mis mejillas se tornaron levemente rosas, delatandome por completo.

— Dame un momento – cerré los ojos asimilando la situación y suspiré tratando de calmar mi emoción – ok listo

Chifuyu alzó una ceja curioso.

— ¿Y eso qué fue? – soltó una pequeña risa.

— ¡Es que aún no lo creo! O sea sí pero no sé – exclamé nervioso – es la primera vez que me corresponden y jamás he estado en una relación... mierda me siento como un virgen

— Que lindo – se le escapó decir y se avergonzó también – b-bueno pues podemos intentarlo, aunque yo salí de una relación tóxica y puede que me cueste algunas cosas

— Claro, ambos tenemos nuestros problemas pero de eso se trata ¿no? continuar y afrontarlos por sí mismo – dije con más seguridad – a pesar de eso, me gustaría ser tu apoyo

— Yo igual – me sonrió dulcemente – no quería admitirlo, porque me daba miedo arruinarlo pero... m-me gustas

— Bueno entonces ¿puedo ser tu n-novio? – tartamudee por accidente y me maldije internamente por eso.

Dios, que vergüenza.

— Sí – asintió sonrojado.

Se levantó de su lugar y se acercó a mí para darme un beso profundo.