20

1.7K 251 34
                                    

POV BAJI

Estaba nervioso.

Chifuyu se comunicó conmigo por mensaje diciendo que quería hablar seriamente después de todo lo que ha sucedido.

Accedí porque sabía que tenía que darle una explicación del por qué lo besé.

Oh mierda, estoy nervioso.

No puedo detener mis manos temblorosas y eso me hace entrar en pánico al verlo aproximarse hacia mí.

¿Me veía bien? ¿Me odiará por aprovecharme en una situación tan inestable? Probablemente.

Cuando se trata de él comienzo a sentirme inseguro de mi mismo.

Nunca me había enamorado de nadie, y cuando lo conocí, me sedujo al instante.

— Hola – saludó tranquilo y se lo regresé moviendo mi mano.

Quedamos en aclarar todo en el parque cerca de la escuela, eran alrededor de las 6 de la tarde aunque vivíamos prácticamente cerca, quisimos platicar en un lugar más agradable.

Se escuchaba el sonido del viento pasar por las hojas de los árboles, ya que no había gente a esa hora, el lugar se encontraba bastante silencioso.

Yo lo esperaba en los columpios de la zona donde usualmente íbamos a tontear o pasar tiempo juntos

— Muy bien entonces ¿hablas tu primero o yo?

— Y-yo – mordí mi labio inferior como castigo, por dejar salir ese miserable tartamudeo.

Chifuyu asintió y se sentó a mi lado, para prestarme atención.

—Seguro estarás muy confundido – hablé intentando ser firme – y es que desde que nos empezamos a llevar me caiste muy bien

Me puse de pie y giré mi rostro para mirarlo directamente a los ojos, así finalmente armado de valor.

— ¡Me gustas! Desde ese momento y hasta ahora – mis mejillas ardieron pero no apartaba mis ojos – y quisiera que me dieras una oportunidad de que me veas como algo más

Chifuyu desvió la mirada, causando una punzada en mi pecho como sí de una bala se tratase.

Así lo sentí, antes del golpe final.

— Lo siento Baji, yo te veo como un amigo muy querido, pero sólo eso – contestó con sinceridad.

— ¿Realmente no hay una posibilidad para mí? – susurré con la voz a punto de quebrarse y ahí fue donde alzó su rostro.

— Tengo a alguien más – confesó y quedé paralizado.

— ¿Qué? ¿Quién?

— No creo que sea necesario que lo sepas – se levantó al tiempo que lo decía y me interpuse en su camino – ¿Baji...?

— Lo mínimo que puedes hacer es decirme

— ¿Y sí te digo quién es qué es lo que harás, eh? – cuestionó cambiando su postura semejante a la de un gato enfadado.

— Y-Yo... Nada, es simple curiosidad

— Dije que era secreto ¿no?

— ¿Qué clase de persona es como para avergonzarse de salir contigo?

— ¡Es más complicado de lo que crees ¿okay?! – soltó para luego suspirar – por favor no insistas Baji

— Bueno perdón, perdí el control – acepté al notar lo irritable que me había puesto – lo menos que quiero es pelear después de esto

— Lo entiendo, tanpoco quiero discutir contigo Baji –  me dedicó una pequeña sonrisa – ¿seguirás siendo mi amigo?

Tragué saliva, recordando que acababa de declarar mi amor por Chifuyu. Tenía tantas ganas de llorar.

Sin embargo, no planeo hacerlo frente a él.

— Sí – le sonreí de vuelta, rezando para que no se diera cuenta de mi verdadero estado de ánimo.

— ¿Quieres que regresemos juntos a casa?

— Está vez me quedaré aquí a reflexionar, gracias en serio – respondí.

Asimismo nos despedimos, una vez lo perdí de vista mis lágrimas salieron sin parar.

Mi primer rechazo.

Busqué entre mis contactos, a una persona que pudiera hacerme compañía ese día y escuchar mis problemas.

No soy del tipo que iba a decirle todo lo que ocurría en mi mente a mis amigos, sino que yo prefería enfrentar mis propios problemas solo.

Sin embargo, quería descargar todos estos sentimientos acumulados a alguien, porque sé que después podría explotar y realizar acciones que en mi sano juicio cometería.

>> ¿Baji? <<

— Kazutora – pronuncié en un hilo de voz.

>> ¿Q-Qué tienes? ¡¿Está todo en orden?! <<

Oh Tora, siempre tan bueno preocupándose por los demás.

— ¿Puedo pasar por tu casa? O no sé sí estás ocupado...

>> Puedes, así que aquí te espero <<

— Entonces voy en camino – y colgué.

Agradecía infinitamente tener un amigo como Kazutora para hablar de mis problemas, con él puedo incluso entenderme mejor que con cualquier otro.

Me genera la confianza en la que puedo ser completamente honesto.

Durante el trayecto traté de secar mis pocas lágrimas, por el reflejo de un espejo en una tienda observé el pequeño color rojizo que apareció debajo de mis sombríos ojos.

No me veía bien.

Llegué al edificio y tomé el elevador, hace tiempo que no lo visitaba. Años atrás pasábamos mucho tiempo juntos, al lado de Mikey.

Cuando entramos a la secundaria, comencé a obtener muchas propuestas, cartas y confesiones por parte de varias chicas de otros cursos.

Se hizo un problema debido a que no sabía qué hacer al respecto.

Después conocí a Chifuyu y pues, no hace falta volver a decir todo lo que pasó.

Las puertas se abrieron y recorrí parte de la zona buscando su número de apartamento.

Reconocí a lo lejos dos personas y me escondí atrás de la pared.

— ¿Que hace Sanzu y Mikey acá? – murmuré.

Me sorprendí de que estuvieran aquí, en medio del pasillo.

— La próxima semana vendré por la siguiente dosis así que más te vale que esté lista

— De acuerdo – agarró sin previo aviso el cuello de mi amigo y éste... ¿jadeó?

¿Qué mierda Mikey?

Se besaron con intensidad, casi puedo jurar que ví sus lenguas entrelazadas y lo animales que se vieron por el contacto del otro. ¡Ew!

Es igual a ver a mi propio hermano con su novio.

Mikey no es mi hermano; es mi mejor amigo, no obstante, ¡aún así parece eso!

Creo que es mejor dejarlos en su rollo.

Como sea, me regresé por la ruta en la que iba y encontré el departamento de Kazutora.

Toqué dos veces antes de que me abriera, con una expresión diferente a la usual.

— ¿Llegué en mal momento? – pregunté inclinando la cabeza.

Se veía alterado.

— Yo también quiero hablar contigo – demandó.

Genial, mi día se ponía peor.



Revenge | Kazufuyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora