Apolo esta conmigo, porque ando inspirado, escribiendo esta historia. Mejor dicho, reescribiendo.
Disfruteeeeen.
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El ánimo del grupo está por los suelos. Annabeth, en particular, se había tomado muy a pecho lo sucedido en la chatarrería, porque Thalía era prácticamente una hermana para ella... Y ahora estaba muerta. Por si fuera poco, su breve visita en la Presa Hovero también había acabado en fracaso. Allí no había ningún monstruo.
Teseo había tratado de hablar con ella, consolarla, pero Annabeth solo le veía con sus fríos ojos grises, una clara señal de que estaba a punto de apuñalarlo si seguía invadiendo su espacio personal. Y con eso, el chico la había dejado en paz, aunque seguía enviándole miradas de vez en cuando.
El hijo de Poseidón, por su parte, también estaba algo triste, aunque no tanto como Annabeth. Conocía a Thalía desde hacía dos años, cuando él llego al campamento, y jamás habían sido los mejores amigos. Incluso entonces, con apenas catorce años, Thalía ya era la semidiosa más poderosa y letal del campamento, y la clara líder, lo que era natural, como hija de Zeus. Pero entonces llego él, otro hijo de los Tres Grandes, y naturalmente, hubo peleas por el dominio. Aun así, Teseo la consideraba una amiga... No la mejor, no, pero una amiga.
Pero había otra cosa que Teseo no dejaba de pensar. Muerta Thalía, solo quedaban tres hijos de los Tres Grandes: los chicos DiAngelo, y el propio Teseo. Ahora bien, Teseo no sabía muy bien qué edad tenían ahora los hijos de Hades, ni nada por el estilo, pero suponía que la Gran Profecía quedaba ahora sobre sus hombres. El destino del Olimpo, de los dioses... Todo a su merced.
Quizá fuese egoísta. Pero deseo que Thalía siguiese viva únicamente para que siguiese siendo la candidata a la Gran Profecía.
San Francisco apareció ante ellos, bajo un clima oscuro, gris y de tormenta, con fuertes lluvias inundando las calles y truenos apuñalando los cielos. Toda el área de la bahía estaba agitada, grandes olas rompiéndose en la playa, y embarcaciones a punto de volcarse en los puertos.
-Zeus está furioso-murmuro Zoe. Tenía los ojos estrechos-. Y preocupado.
-Tiene motivos-señalo Phoebe, que iba al volante. Las calles estaban desiertas; evidentemente todos buscaban refugio en sus casas de aquella tormenta.
Teseo dudo.
-¿Puede...?-se relamió los labios-. ¿Es posible que Perseo use a los chicos de Hades?
Zoe y Phoebe lo vieron directamente. Teseo casi esperaba algún comentario burlesco, pero ambas cazadoras se veían cansadas y asintieron.
-Sin Thalía Grace, ahora Perseo puede manipular la profecía a su antojo, con los hijos de Hades. Es el Dios de los Oráculos, el profeta original, no le sería difícil, y tú viste lo leales que le son esos chicos.
-Una profecía tiene muchos significados. Muchas formas de interpretarla... Si eres lo bastante astuto-dijo Zoe-. Y créeme, Perseo es astuto.
Phoebe asintió, de acuerdo.
-En los viejos días, uso un engaño para obligar a su padre a regurgitar a sus seis hermanos menores, y derroto a la Muerte en una pelea, con solo sus palabras-Phoebe hizo un gesto de concentración-. Además, él aprendió las artes proféticas de los reyes originales, de Gaia y Urano, los padres de los titanes.
-Entonces estamos jodidos-sentencio Teseo.
Phoebe dejó escapar una risa, que sonó como un ladrido. Zoe, en cambio, se veía muy seria.
-Aun debemos rescatar a Artemisa, muchacho.
Se detuvieron en un pequeño restaurante donde habían comprado algunos sándwiches, junto a varias botellas de agua. Mientras comían (o al menos las cazadoras), veían las noticias. En el sur, El Paso, la reportera hablaba de la extraña acumulación de tropas y material militar estadounidense, a lo largo de la frontera con México, que había sido respondida de igual forma con los mexicanos. La Séptima Flota de los Estados Unidos había sido enviada al Golfo de México.
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El Retorno del Rey.
FanficLa confianza es una cosa frágil, Perseo la supo siempre. Se necesitan años para construir una confianza firme, y solo una acción para destruirla. Perseo lo sabe. Él lo sabe. Pero ahora, viendo como los puentes de la confianza que el mismo construyo...