¿El fin de Perseo?

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¡Primero que nada, buenas noches!

¡Segundo, vean la belleza de dibujo de la portada! Lo hizo una bella persona, una musa hecha carne, a quien, además, dedico este capitulo. No mentiré, asi que diré sin vergüenza que llore cuando lo recibe, porque es re bonito que a alguien le guste tanto tu historia como para tomarse el tiempo y las molestias de hacerte algo asi con su propio talento.

Para ella, todo mi amor.

Disfruten.

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Cuando el Mensaje Iris termino, Perseo apareció junto a ella. Aun con su armadura toda abollada y bañado de icor dorado, tenía un aire regio y digno del cual Zeus siempre había carecido.

O eso pensó Thalía.

-¿Te gusto mi espectáculo?

Alzo las manos y su atuendo de batalla fue reemplazado por un conjunto de algodón azul oscuro. Se sentó junto a Thalía y chasqueo los dedos, invocando un par de hamburguesas con queso, dos vasos de Coca-Cola y una ración de papas fritas extra grande.

Hizo una seña a Thalía para que comiese, mientras el daba dos grandes bocados a su comida.

-Fue...

«Impresionante-quiso decir Thalía». Pero no dijo nada. No le daría la satisfacción a Perseo de saber que la había dejado atónita.

Pero Perseo solo sonrió, con esa sonrisa torcida que sin duda lo había hecho popular entre las diosas.

-Fue una buena jugada-dijo Perseo, dejando su comida un momento para tomar un trago de refresco. Thalía jugueteo con un papa frita-. De un plumazo, me quite de un lado a mi padre, tome todo su ejército como mío y me asegure de salir en la primicia vespertina de Hefestos TV. Nada mal para una noche de trabajo.

Miro sus uñas, muy satisfecho consigo mismo.

-¿Cuándo marcharas contra el Olimpo?-pregunto Thalía, como quien no quiere la cosa.

Perseo enarco una ceja.

-Esa pequeña e insignificante pieza de información la compartiré conmigo solo si me dices que has accedido a cooperar conmigo, pequeña Thalía... ¿Lo harás?

Su respuesta fue evidente en su rostro. La hija de Zeus se atrevió a ver a Perseo a los ojos, medio esperando ver furia, por su negativa... Pero Perseo estaba más ocupado comiendo sus papas.

-No negare que me decepciona. ¿Aún no tienes una respuesta a mi pregunta?

«¿Por qué luchas por Zeus?»

Thalía negó rápidamente. Perseo sacudió la cabeza.

-Muy bien. Come tu comida. Te llevare a tu campamento.

La hija de Zeus alzo la vista, sorprendida. ¿Había oído bien? ¿La dejaría libre? Perseo asintió, viendo la pregunta en su rostro.

-Tu estancia aquí siempre fue temporal. Debías ver y oír, nada más. Confió, incluso si cooperas directamente conmigo, que les dirás a los campistas lo que has aprendido. Como te dije, prefería que se hicieran a un lado. Pero los matare si debo. También habla con mi otro hermano, Quirón, no le deseo ningún mal.

«¿No te comerás eso? Bueno, vamos. Tengo que hacer una visita al Olimpo después.

Thalía dudo. Había una pregunta que tenía rato rondando su cabeza.

-Yo...

Perseo la miro, y le sonrió, para alentarla a preguntar.

-La profecía... La mayoría de las líneas no se cumplieron-señalo Thalía. Se sentía como una tonta-. Cinco fuimos al oeste, cazadoras y campistas, rescatamos a Artemisa, yo me "perdí" en la tierra sin lluvia...

El Retorno del Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora