Hola, antes de empezar la historia, y para que no os liéis mucho quiero aclarar algo.
Lo primero es que Leilani lee el libro de Tolkien, pero en MI historia, el libro está más bien enfocado en la película, ya que quiero que aparezcan personajes como Tauriel y Legolas.
Lo segundo es que intentaré que se ajuste a la película lo más posible, pero añadiré sucesos y personajes inventados por mi.
Y lo tercero y supongo que último es que cuando veáis la letra en cursiva está narrando la historia un narrador omnisciente. Y cuando veáis la letra normal está narrando la historia Leilani.
Espero que os guste mucho, y si es así, votad y comentad.
Miré el reloj que colgaba en la pared de la cocina. Apenas marcaba las siete y media de la mañana y ya llevaba despierta un buen rato. Supongo que estoy acostumbrada a madrugar para ir al instituto, y los fines de semana no puedo evitarlo. Estaba sentada en un taburete, con los codos apoyados en la barra de mármol de la cocina. No podía aguantar ni un segundo más el hecho de estar sentada sin hacer nada. Todos dormían aún. Claro, creo que soy la única adolescente del mundo que madruga los sábados.
-Se acabó-Me dije y volví a mirar el reloj que seguía marcando la misma hora- Si me voy ahora, volveré antes de que despierten-Si, estoy loca, hablo sola sin darme cuenta.
Volví a mi habitación, cogí mi viejo bolso y metí mi cuaderno en el que solía dibujar y mi estuche y volví a la cocina donde preparé un par de bocadillos que también metí en el bolso. Me acerqué a la nevera y escribí en un post it: "Vuelvo en un rato" y salí por la puerta del jardín trasero sin hacer mucho ruido.
Una vez allí, cogí carrerilla y salté la valla que separaba el jardín de las grandes extensiones de " terreno salvaje", y con eso me refiero al pequeño prado y al bosque que se extendía en todas direcciones durante varios kilómetros. La verdad es que a algunas personas del pueblo les aterraba la idea de adentrarse en el bosque, pero a mi me encantaba. Daba igual si había tenido un día de mierda, en simple hecho de estar allí, conseguía tranquilizarme. Solos el bosque y yo. Ni estúpidos adolescentes estirados y criticones, ni profesores tocapelotas, ni ningún motivo para estar triste...
Corrí un poco por el prado hasta llegar al principio del bosque, donde yo misma había colocado una pequeña señal, que ahora veía innecesaria porque me sé el bosque como la palma de mi mano. Caminaba despacio por el sendero principal que conducía al riachuelo donde estaba el tronco hueco en el que guardaba mi arco y mis flechas. No quiero creerme Katniss Everdeen, simplemente es que siempre me han gustado, y tampoco soy tan mala disparando. tengo muy buena puntería. Cuando los recogí, seguí el sendero de la derecha. Por el camino iba disparando a los objetivos que tenía colocados por todo el bosque. No cazaba animales porque, bueno, jamás podría hacerle daño a un pobre ser vivo. No me gustaba perturbar la apacible tranquilidad del bosque.
Un rato después, llegué a mi destino. A mi refugio, mi lugar secreto, donde me escondía del mundo. En un pequeño claro, un poco en lo profundo del bosque, se alzaba un enorme árbol, y en lo más alto de este una hermosa casita de madera.
Subí lo más rápido que pude y cerré la puerta detrás de mi, no era la primera vez que se me colaba una ardilla, y no son tan monas como aparecen en los dibujos. Colgué mi bolso en el perchero de la entrada. Si, tenía perchero y todo, no era una chapuza con cuatro trozos de madera mal puestos. Era una señora casa, con sus ventanas con cortinas, su tejado, e incluso con una terraza en la parte superior. Seguí el pequeño pasillo del recibidor hasta un pequeño salón. Tenía dos sillones pequeños y un montón de estanterías. Caminé hasta el final de la sala. Metí la mano en un hueco de una de las estanterías y saqué una llave. Volví por donde había venido, pero en vez de seguir el pasillo hasta la otra habitación (según yo, la cocina) seguí recto y subí unas escaleras en forma de caracol que se alzaban por encima del árbol y que daban a una pequeña sala donde únicamente había un armario y un par de cajas apiladas.
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Dejé mi corazón en La Tierra Media.
Fanfiction¿Qué harías si por accidente entraras en tu historia preferida y supieras todo lo que va a pasar? Eso mismo le pasó a Leilani, una chica de 16 años normal y corriente que por lazo del destino acabó inmersa en las aventuras de la compañía de Escudo d...