Dejé mi corazón en La Tierra Media.

¿Me seguiríais una última vez?

 Acariciaba el suave pelaje blanco de Dwin mientras tarareaba la melodía de una canción. Más bien sonaba como un triste y ronco ruego por culpa de las lágrimas desenfrenadas que brotaban de mis ojos. Dwin movía el hocico olisqueando mi mano cada vez que acariciaba su cabecita. Mi... padre nos había prohibido salir de Erebor. La matanza había comenzado y nosotros estábamos tan tranquilos sentados frente a los muros sin poder hacer nada más que lamentarnos. Dwin subió por mi brazo y se enroscó al rededor de mi cuello para conservar el calor.

Dwalin volvía de entre la penumbra de la montaña con lágrimas en los ojos.

—No ha querido escucharme—dijo congestionado. En seguida y sin dudarlo su hijo le dio la mano en señal de entendimiento, pero Dwalin lo abrazó. Balin también se acercó, y ver a esa pequeña y rota familia me recordó a mi hogar. A la Jake, a las sonrisas de los niños del orfanato, a Jules y su malhumorado carácter, a mis padres... También me hizo pensar en Bilbo. Su acto de valentía me había enorgullecido, y aunque sabía que no le iba a pasar nada, tenía miedo. Se había convertido en alguien muy importante para, y no me perdonaría que le pasara algo.

—Bilbo...—susurre y más lágrimas se desperdigaron por mis mejillas. No hice nada por reprimir mis ganas de llorar. Sabía que todos tenían ganas también.

—Tranquila Lani—Fíli y Kíli se sentaron a mis costados y me envolvieron con sus brazos. A estas alturas, agradecía todo el contacto físico que me brindaran. Si Thorin era mi padre, tenía miedo de que mi corazón se helara como el de él.

—Bilbo está ahí fuera. Temo lo que le pueda estar pasando, chicos—dije entre llantos. Me atemorizaba pensar que algo no saliera como estaba previsto.

Balin empezó a tararear la melodía que hacía un rato, y poco a poco todos los enanos se sumaron. Una suave voz salió de mi garganta entonando una letra improvisada:

A king he was on carven throne

In many-pillared halls of stone

With golden roof and silver floor

And runes of power upon the door

The light of sun and star and moon

In shining lamps of crystal hewn

Undimmed by cloud or shade of night

There shone forever fair and bright

The world is grey, the mountains old

The forge's fire is ashen-cold

No harp is wrung, no hammer falls

The darkness dwells in Durin's halls

The shadow lies upon his tomb

In Moria, in Khazad-Dum

But still the sunken stars appear

In dark and windless Mirrormere

There lies his crown in water deep

Till Durin wakes again from sleep

Miré a mi alrededor. Los semblantes entristecidos de los enanos me hicieron culparme por haberlos hecho entonar esa letra plagada de amargura. Entonces bajo el estruendoso sonido de la batalla un sonido, como de algo metálico y pesado cayendo nos sobresaltó a todos. Una sombra difusa apareció entonces entre el humo que desprendían las antorchas del pasillo principal. La nitidez fue dando paso a un Thorin con rostro serio, caminando hacia nosotros. Kíli se puso de pie en un instante.