Capítulo 16

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NNo fue mi intención haber invadido su privacidad, pero le llegó una notificación e hizo que el celular se prendiera... Fue imposible ignorar ese mensaje. Volteo a ver a Hayden quien está recargado contra el escritorio de la recepción... Hayden tiene a otra chica en su vida... ¿Por qué no me lo dijo antes? Hayden y yo nunca hablamos sobre tener una relación abierta... Me alegra que no hayamos tenido relaciones sexuales. No voy a permitir que salgamos lastimados de nuevo. En ese momento, Hayden se dirige hacia mí con las llaves del cuarto en su mano.

— ¿Estás bien, Naty?

— Si. Gracias por habérmelo prestado. —Le devuelvo su celular con una sonrisa, como si nada hubiera pasado.

— No hay de que. Por cierto, nuestro cuarto está listo. Vamos.

Tomamos el elevador en el pasillo de la recepción hasta que llegamos al quinto piso donde se encuentra nuestro cuarto. Cuando nos incorporamos al pasillo estrecho, los dedos de Hayden se entrelazan con los míos. Me aparto de él. Cruzo mis brazos y pongo los ojos en blanco. Sus ojos me examinan y notan la tensión que cae de mis hombros. Acto seguido frunce el ceño.

— ¿Estás bien?

— Si... Lo que pasa es que estoy un poco cansada por estar demasiadas horas sentada... Al mismo tiempo estoy feliz de que casi llegamos a Vermont.

— Valió la pena aunque lamento que te hayas pérdido la despedida de soltera.

— Sí, pero se lo recompensaré... —Hago una pausa.— Hablando de Cari... No creo que deberíamos decirle nada sobre nosotros.

— De acuerdo.

— Es su boda... Simplemente no quiero que haya problemas en su gran día.

Hayden asiente levemente y fija sus ojos azules en los míos.

— Le diré después de la boda. —Agrego.

— ¿Todo está bien? Está actuando un poco extraño.

Con una sonrisa falsa le doy un abrazo fuerte.— Estoy perfectamente bien.

— Me alegra escuchar eso.

Me da la llave del cuarto y me carga como si fuera una novia. Una vez que llegamos a la puerta, no puedo evitar soltar una carcajada. Intento insertar la llave en la puerta mientras sigo en sus brazos. Hayden me da un beso rápido en los labios antes de entrar al cuarto. Me guía hacia dentro y me lanza a la cama. Sus ojos azules se fijan en los míos mientras se acuesta junto a mi. Pronto, nuestra ropa aterriza en el suelo. El tacto de su boca recorre todo mi cuerpo. No quiero que esta sensación termine pase lo que pase... Hayden sigue en la misma posición que antes. Mi cuerpo se sacude contra el colchón y su boca devoradora... Hayden se coloca sobre mi. Su piel desnuda contra mis pechos.

— ¿Dónde aprendiste a hacer eso? —Le pregunto antes de arrepentirme por la pregunta.— De hecho, no quiero saber.

Hayden ríe y sigue haciendo lo suyo. No puedo evitar pensar que no es completamente mío... Pensé que había cambiado, pero sigue siendo el mismo Hayden de siempre. En ese momento, nos vemos interrumpidos por su celular que vibra en su pantalón. Cierra los ojos y se encoge.

— Perdón. Necesito contestar esta llamada. —Hayden indica. ¿Quién lo estará llamando seguido? ¿Será la misma chica que le envió el mensaje de hace rato?

Hayden se sienta de espaldas a la orilla de la cama. Sus hombros se tensan en cuanto se lleva el celular a la oreja.

— ¿Hola? —Hayden contesta. Me levanto de la cama, tomo mi mochila y me dirijo hacia el baño. Coloco mis manos en el lavabo y me detengo a observar mi reflejo en el espejo. Tengo las mejillas sonrojadas y la barbilla temblorosa. ¿Qué me está pasando? Nunca he sentido lo que estoy sintiendo con Hayden. ¿Hayden es solo mi amigo? ¿Somos amigos íntimos o somos más que eso? Sea lo que somos, siento que lo nuestro es real y más grande que cualquier cosa que haya experimentado antes. Estoy enamorada de él y no se si lo puedo controlar, pero en estos momentos, Hayden está hablando con una mujer que no puede vivir sin él. Necesito respuestas. Ahora lo único que necesito es tomarme una ducha para quitar a Hayden de mi cabeza.

El agua de la regadera se calienta al cabo de pocos segundos y reconforta todo mi cuerpo. Debo decir que no es suficiente. No puedo dejar de pensar en Hayden. Antes de poder pensar en otra cosa, escucho la puerta abrirse. Hayden está parado detrás de la regadera y se une a mí. Me doy la vuelta para verlo mejor. Nuestros cuerpos desnudos y húmedos están a pocos centímetros del uno al otro.

— ¿Quién era? —Le pregunto con seguridad, pero no me contesta.— ¿Quién era Hayden?

Hayden se aclara la garganta y se estira alrededor de mi para agarrar el jabón del estante.

— Era mi mamá.

— Estás mintiendo. Lo veo en tus ojos. —Sin más, abro la cortina de la regadera, incapaz de permanecer otro segundo en la misma habitación que él. Agarro una toalla y me la coloco alrededor del cuerpo enojada. Hayden hace lo mismo. Me jala del brazo y me da la vuelta para que lo vea a los ojos.

— No estoy mintiendo.

— ¿Ella es la persona que no puede vivir sin ti? —Pregunto con frustración. Hayden me observa desconcertado.

— ¡Así es! —Hayden sale apresuradamente del baño enojado. ¿Estaba diciendo la verdad? Lo sigo al cuarto y lo encuentro sentado en la cama con la cabeza agachada. ¿De verdad lo lastimé? Camino hacia el y me arrodillo para poder ver su rostro.

— Lo siento. Estuvo mal lo que hice... No debí haber revisado mis mensajes.

— Mi papá tiene una amante.

— ¿Qué?

— Carina no lo sabe, por eso no te quise decir. No quería ponerte en la posición en la que le tengas que mentir, pero por favor no le digas nada.

— No le diré nada. Te lo prometo.

— Gracias. Fue un jueves después de salir del trabajo. Lo vi con mis propios ojos. Mi propio padre trato de convencerme que no significaba nada. ¡Está saliendo con una secretaría de treinta años! —Respira hondo. Lo envuelvo en mis brazos y le doy un beso en la mejilla.— Mamá y papá dejaron de hablar, así que estoy tratando de solucionar el problema... Van a intentar seguir juntos hasta que termine la boda de Carina, pero es demasiado para mi madre... Nunca la he visto así...

Estoy impactada por su confesión. Los Montgomery siempre han sido una familia bastante estable. Pensé que así serían siempre. Al parecer estaba equivocada. Observo a Hayden durante unos segundos hasta que acaricio su cabello con las llamas de mis dedos para calmarlo.

— ¿Carina no sabe nada de esto?

— No, Nat...

— Está bien... Quiero que aprendas a confiar en mí, así que no le diré nada a Carina. Te lo prometo. Tu eres la persona que se lo tiene que decir lo más rápido posible...

— He tratado de hablarlo con ella. El problema es que mi mamá está siendo obstinada... No quiere decirle nada a Cari... —Me mira fijamente.— No quiero que nunca me mientas, Natalie. Promételo.

— Te lo prometo.

— Gracias por escucharme. —Hayden sonríe. Cierro la distancia que hay entre nosotros y le doy un beso suave en sus labios redondos para llevarme su dolor. Hayden me acuesta en la cama y hacemos el amor despacio. Su cuerpo está completamente desplomado hacia el mío. No estoy lista para dejarlo ir, pero estoy segura que no volveremos a ser las mismas personas que antes... 

El chico que odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora