Blair
No quiero uno como tú.
No sé en qué momento he cambiado de ser una persona medianamente tímida a contarle abiertamente todos mis problemas a Seb. Pero desde luego que todas las cosas que le he dicho y la manera en la que he intentado coquetear con él no son dignas de mi comportamiento normal.
—No creo que quieras estar con un chico como yo, Blair... —dice en un tono un tanto apagado.
Y tiene razón, no quiero estar con un chico como él, quiero estar con él.
—¿Por qué dices eso? —curioseo.
Seb suspira pero no dice nada. Tiene algo rondándole la mente que le está afectando mucho. Vuelvo a apoyar mi cabeza en su pecho y le acaricio suavemente. Nunca había estado así con él, pero tengo que confesar que me siento muy cómoda.
—Está bien si no quieres decírmelo, pero me gustaría no quedarme con la duda... —vacilo intentando sacarle una sonrisa.
—¿Quién va a querer un novio como yo? Soy un desastre pervertido —confiesa medio riendo.
Río con él y me aferro a su cuerpo.
—Pues que casualidad porque esos son los que a mi me gustan —dejo caer.
Seb deja de acariciarme el pelo y me mira fijamente. Sus ojos se han tornado más oscuros, puedo ver un ápice de ¿lujuria?
«No, no, no. No puede ser eso»
—¿Y te gustan por desastre o por pervertidos? —vuelve a preguntar.
—Obviamente por pervertidos. Me encanta que un chico sea extremadamente pervertido, tengo tantas fantasías que cumplir...
«Mierda, lo último no lo quería decir en alto»
Sebastian me mira extrañado. Después de lo que he dicho se va a pensar que soy una loca pervertida. Que tampoco es mentira pero... No está bien que lo piense.
El ambiente se vuelve tenso, por lo menos a mi parecer. No sé ni qué decir ni qué hacer. Seb sigue acariciándome el pelo. Sus dedos están haciendo un magnífico trabajo. Me pregunto si se lo habrá hecho a todas las chicas con las que ha estado. Supongo que sí.
Mi cuerpo empieza a temblar levemente. Es ya la una de la mañana y se está empezando a notar el fresco. Además, mi ropa aún sigue mojada por el bañador, lo que no ayuda en absoluto.
Al darse cuenta, Seb me captura en un abrazo, pues su cuerpo emana puro calor. Nuestros pechos están tan juntos que puedo notar el latido de ambos. El mío está un poco más acelerado de lo normal, pero nada que ver con el de él. Su corazón está latiendo a más de mil por hora. Si no estuviera tan callado, pensaría que le está dando un infarto.
—Parece que necesitas entrar en calor. Estás temblando —. Lo miro de nuevo. —Y tú parece que necesitas relajarte un poco, tienes las pulsaciones por las nubes —sugiero.
Me mira y parece ponerse nervioso de nuevo. Es ya la tercera vez que lo noto así desde que hemos venido a acampar.
—¿Tienes sueño? —pregunta de la nada. —No, he dormido demasiado en el viaje, ¿por? —respondo. —¿Qué te parece si hacemos otra hoguera y esta noche nos quedamos sin dormir? Puedo jugarme el cuello a que tu padre y Scarlett tampoco van a descansar mucho.
La idea de quedarme con él toda la noche no me puede parecer mejor. Dejando aparte que me vuelve loca, siempre me ha gustado pasar tiempo con él, sobre todo cuando mi padre no está alrededor.
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Ingobernable
FanfictionBlair Evans es la única hija de Chris Evans. Blair tiene 17 años y una idea muy clara en la cabeza. Desde hace unos meses, Blair no ha podido sacarse de la cabeza al mejor amigo de su padre, Sebastian Stan. Ella sabe que es prácticamente imposible...