CAPÍTULO 16.

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Blair

Renacer

Los ánimos después de que los médicos y las enfermeras entrasen a la habitación de Sebastian han decaído si es que era posible. Llevan apenas diez minutos dentro, pero fuera se palpa la tristeza. La madre de Seb no ha dejado de llorar sabiendo que lo más probable que ocurra una vez el personal médico salga de la habitación es que se confirme la muerte de su único hijo.

Para ser honestos, yo tampoco estoy bien. He sido la última persona que lo ha visto, me agarró la mano... Sinceramente tengo mucho miedo de lo que pueda pasar en los próximos minutos.

Todos esperamos fuera de la habitación esperando noticias. La mayoría ya han aceptado que no hay nada más que hacer. Yo lo he intentado para que el golpe después sea menos fuerte, pero no puedo. Algo dentro de mí, piensa que hay todavía una esperanza de que Sebastian salga vivo de esta.

Mientras suplico en mi cabeza que todo esté saliendo bien, dos médicos más entran corriendo a la habitación acompañados de un carro que contiene el desfibrilador. Eso significa dos cosas. La primera, sigue vivo. La segunda, si el desfibrilador no es suficiente, sí que lo habré perdido para siempre.

La madre de Seb grita con impotencia pidiendo que alguien le diga algo. Esta situación sin información es de lo más angustiosa posible. Cada persona que entra y sale de ese cubículo nos da una esperanza pero al mismo tiempo nos la quita.

Finalmente, después de varios minutos más, el médico principal sale con unos papeles en mano. Con voz seria, llama a la madre. Ella es la única familia directa presente. El resto nos quedamos mirando a espectativas de las reacciones.

Ambos caminan por el pasillo. De repente, ella se detiene, y con ella mi corazón. Puede que le haya dicho algo bueno, o puede que le esté pidiendo que entre a corroborar que el muerto que yace en la cama es su hijo.

Esperamos una mínima reacción pero obtenemos completamente lo contrario. La madre de Seb se abraza al médico con fuerza y comienza a llorar. Cada vez las cosas son más confusas, así que no puedo esperar a que venga con nosotros y nos cuente exactamente qué está pasando.

El médico vuelve dentro. Nosotros miramos a Georgeta. Hasta hace unos minutos no sabía su nombre. Lentamente se acerca y no consigo descifrar sus emociones. Todos la miramos esperando una respuesta. Al final mi padre es el que saca valor para preguntarle qué le ha dicho el médico.

—Está vivo... Lo han salvado. Entró en coma pero ahora está estable...

De repente, mis ojos se llenan de lágrimas, pero esta vez de lágrimas de alegría. Abrazo a mi padre como si no lo hubiera visto hace años. Él me besa la cabeza y me repite que sabía que Seb iba a salir de esta.

Uno a uno vamos acercándonos a Georgeta para darle un abrazo. Ella nos lo devuelve y nos da las gracias a todos por haber estado a su lado. Cuando es mi turno, me agarra las manos y me mira directamente a los ojos.

—Tenemos una conversación pendiente cariño —susurra y me sonríe. Le sonrío de vuelta pero realmente no sé a qué se refiere. ¿Le habrá contado Seb sobre nosotros?

Él médico vuelve a salir de la habitación, nosotros guardamos silencio para que pueda hablar.

—Vamos a hacerle unas pruebas para comprobar si tiene alguna secuela. En cuanto terminemos, podrán pasar a verlo —... Asentimos.

Es algo en lo que no había pensado. ¿Y si nos dicen que ha perdido la memoria, o que no puede hablar, o andar? Aunque eso me preocupa, ahora mismo lo más importante es que está vivo y estable.

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