CAPÍTULO 28.

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Sebastian

Sebastian, estoy rota

El timbre me despierta. No sé qué hora es. El dolor de cabeza taladra lentamente mi cerebro. Ni siquiera sé cómo llegué aquí. Salgo de la cama para abrir. La persona que hay detrás de ella no me sorprende puesto que en estos momentos es la única que me habla.

—¿A tí se te va la cabeza? —pregunta más que enfadado. Su tono alto hace que me duela aún más la cabeza.

—¿Qué he hecho? —pregunto. Realmente no tengo ni idea de por qué está así.

—Ah, que encima no te acuerdas. Ayer me llamaste a las tantas de la mañana para que fuera a buscarte al casino —. Agacho la cabeza, no tengo ni el más mínimo recuerdo.

—Estabas drogado Sebastian, me preocupaste.

Odio escuchar esas palabras. Es por eso que no conté sobre mi adicción de joven. No me gusta que la gente se preocupe, no quiero que sientan pena por mí.

Dejo a Anthony en la puerta y me voy hasta la cocina. Quizá un café solucione mi dolor de cabeza.

—No estás bien Sebastian. Tienes que hablar con Blair y explicarle las cosas. Porque por lo que he podido hablar con Scarlett, ella tampoco está bien —. Sus palabras captan toda mi atención.

—¿Cómo que ella no está bien? —Anthony agacha la cabeza. Parece que está debatiendo si es una buena idea decírmelo o no, así que le presiono para que lo haga.

—Llora todos los días. Sigue enamorada de tí —. Se me rompe el corazón, pensaba que me odiaba —. Y ayer en la fiesta de fin de curso hizo cosas que no debería haber hecho.

—Lo sé, vi la foto con el hombre —. Agacha la cabeza —. ¿Qué pasó? —pregunto pero se queda callado —. ¿Qué cojones pasó Anthony?

—Pues que parece que sois clones. Ella también probó las drogas. No la cocaína pero sí la marihuana.

Aprieto mis puños con fuerza hasta que se vuelven blancos. No puedo permitir que Blair haya recurrido a las drogas por mi culpa. Yo he estado en esa situación, y por experiencia sé que no está bien.

—Necesito hablar con ella —digo cogiendo las llaves de mi coche pero Anthony me frena.

—No creo que seas bienvenido en esa casa. Trata de hablar primero con Scarlett. Chris y Blair no van a hacerte caso. Incluso tengo mis dudas con Scarlett —. Tiene razón. Intentar hablar con Chris o Blair es un error. Ambos me quieren matar.

Con él delante, marco el número de Scarlett. Es mi última oportunidad de recuperar a Blair. Los tonos suenan y finalmente contesta, aunque no de muy buen humor.

—¿Qué quieres Stan? —definitivamente va a ser muy difícil hablar con ella.

—Quiero contarte mi versión, no he podido explicarme —expreso. Ella se queda callada, así que supongo que me quiere escuchar.

—Cuando la conga se separó, alguien me empujó a los brazos de Jennifer y ella aprovechó para besarme. Juro por lo que más quiero, que es Blair, que no eran mis intenciones. Yo quería estar con Blair.

—¿Pretendes que me crea eso? No nací ayer Sebastian —. Debido a su opinión, me veo obligado a hacer una cosa a la que no quería recurrir.

—Entiendo que no me creas, yo tampoco lo haría. Pero tengo algo que confesar —. Cojo aire y miro a Anthony, que asiente —. Ayer a la noche después de ver la foto de Blair, me follé a una chica para sacar la ira de mi cuerpo. Pero eso no es lo peor. También recurrí a las drogas, consumí cocaína. Y supongo que te dará igual, puede que ni me creas, pero de jóven tuve un problema con el alcohol y las drogas. Chris era el único que lo sabía hasta ayer.

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