CAPÍTULO 26

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Blair

No lo puedo olvidar

De vuelta en casa, quién lo diría. Después de lo ocurrido, me disculpé con mi padre y él aceptó las disculpas. Todo ha vuelto a ser como antes, excepto que Sebastian no aparece por esta casa ni aunque lo intente.

Scar ha estado ayudándome en todo. Sabe que todavía sigo enamorada y que van a ser unos días, incluso meses, difíciles. Por otro lado, mi padre también ha estado más cercano a mí. Acordamos que no íbamos a sacar el tema de nuevo.

Es jueves y un día antes de fin de curso, motivo más grande para salir. Sum también me ha ayudado. En cuanto pude, le conté todo lo que había pasado. Ella me consoló y me dijo su típica frase; los hombres son una mierda.

Las expectativas de esta noche no son altas. El día grande es mañana, así que hoy solamente voy a pasar la noche. No me vendrá mal un día de desconectar. A pesar de que le digo a todo el mundo que me lo estoy tomando bien, estoy mintiendo.

En el momento que vi los labios de Sebastian con Jennifer, se me rompió el corazón en millones de pedazos. Sí que es cierto que en ese momento me dolió muchísimo, pero ahora, estoy igual.

La frase "estoy bien" ha sido mi aliada estos últimos días. Tanto Sum, como Scar, como mi padre, no han dejado de preguntarme cómo estaba. Es obvio que no estoy bien, pero ellos intentan creerme.

También he recibido varias llamadas de Anthony. Por mucho que esté con Sebastian, también es mi amigo. Estaba preocupado.

—Venga, anima esa cara. Igual ligas —intenta animarme Sum. Sonrío irónicamente. Esa frase hace un tiempo me hubiera alegrado los ojos, ahora no.


Nada más pisar el bar, saludo a mis amigos. Los ánimos están por las nubes, pues la fiesta de fin de curso lo merecen. Ya he pensado lo que voy a llevar puesto, y estoy segura de que a Sebastian le hubiera encantado.

«Deja de pensar en ese bastardo» Me recuerda mi maravilloso cerebro.

—¡Qué guapa estás pequeña! —Tyler también sabe que ha pasado —. Gracias —. Me sonrojo.

Pedimos la primera copa y nos sentamos en una mesa. Además de nosotros, también hay otro grupo que tiene nuestra edad o parecida. Entre ellos, hay un chico que me ha llamado la atención desde que he entrado. Es alto, de pelo negro y con los ojos azules.

«Para nada tienes un prototipo de chico»

—Ve a por él, tampoco te ha dejado de mirar en lo poco que llevamos aquí.

Me giro y veo a Sum. Desde que pasó lo de Seb, no me deja ni un segundo sola. Parece que no confía en mí.

—Quizá luego, ahora quiero beber.

Tuerce el morro pero asiente. al fin y al cabo hemos venido aquí para eso, no para conseguir otro chico que consiga sacarme a Sebastian de la cabeza. Bebo mi copa de trago y pido otra. Hoy no me apetece llevar el control.

Unas copas después, me veo con las suficientes ganas de ir con el chico. A estas alturas, ya nos hemos juntado con ellos ya que somos los únicos de la edad aquí. Todavía no he hablado con él, pero no nos hemos quitado la mirada de encima en ningún momento.

Decidida, me acerco a él. Varios de sus amigos me miran con una sonrisa en la cara, pues al igual que Sum, ellos también se han dado cuenta de que nos hemos comido con la mirada.

—Por fin te acercas, pensaba que nunca lo harías —susurra en mi oído. Con ese simple gesto consigue ponerme de todavía mejor humor. Si hay algo que me gusta en un chico, es que sea pasota. Muy red flag por mi parte.

IngobernableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora