Una vez más no puedo dominar a alguien por placer y eso me molesta. Dirijo todo mi enojo al hombre gordo y de aspecto impecable. Richard Silver bebe de su copa mientras todos sus "gatos" llegan para la reunión expréss que organizó en tan solo un par de minutos.
A mandado también a traer bocadillos y bebidas para nosotros. Yo no probé nada aunque Poem insistía en lo deliciosas que estaban las galletas con queso crema.
—Todo va estar bien. —Susurra Poem con una galleta a medio morder, a tres metros alejado de mí. Haciéndome retirar la mirada de mi próxima víctima.
Su rostro pálido no tiene la pinta de que esto irá para bien. Al menos un hombre (para ser precisos un doctor) ha entrado a la estancia y ha bajado la hinchazón en el feo golpe de su ojo. Le colocó dos curitas en la frente, Poem se veía mejor. Pero la situación en general no iba a estar bien.
Conforme llegan los hombres de Richard al salón, cada uno de ellos me clava la mirada y si intentaron acercarse a mí, la barrera de mi poder se los prohibía. Hubo un valiente que se acercó más de la cuenta y salió volando por los aires para estrellarse contra la pintura renacentista de su jefe. Mi escudo de protección había sido preciso ante la amenaza.
Todos los hombres presentes que rodean la habitación se ríen por lo alto. Puedo ver cada par de ojos burlarse de mí y no del pobre hombre que se compadece en el suelo. Las risas cesan cuando Richard se levanta de su trono rojo y aplaude un par de veces.
—Bueno caballeros, veo que se divierten con mi invitada de honor. Sé que muchos de ustedes han escuchado hablar sobre... —me señala con la cabeza y suelta una risita—. Pero hoy no vamos a detenernos a explicar eso, no. Hoy los he citado para organizar el ataque definitivo contra Middleton. Esta noche tiene que concretarse.
Todos comienzan a susurrar y mirarse unos con otros confundidos. Sus miradas terminan enfocandose en Poem, como si él fuera una pieza de suma importancia.
—Pero señor ¿Y las fórmulas? Se suponía que estábamos esperando la certeza de Poem —dice de pronto uno de sus discípulos.
—Smith aún no comienza como debe de ser su encomienda. Tal parece que es un inútil. Pero tranquilo compañero. Tengo otro as bajo la manga.
Su mirada recorre la sala y termina señalando en mi dirección.
—¿Ven a esta mujer? Ella nos llevará con Middleton y nos abrirá la puerta de par en par.
—¿Bajo que excusa esta mujer convencería al alcalde de abrir su puerta?
Ninguno despega la mirada de mí y yo no la retiro de Richard.
«Es tan fácil matarte en este momento Richard, quítate los lentes y morirás.»
Mi pensamiento se solidifica cuando mi cabello comienza a levantarse. Pero Richard es un cobarde y camina hasta la protección extra que ahora le brinda Poem.
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Romina Neón #1 El Dominio
Science FictionRomina Neón posee una forma peculiar de filtrarse a su antojo en los cuerpos de los mortales y hacer que pierdan el control de sus débiles mentes. Tiene un objetivo en especial, acabar con un hombre poderoso. Cuando está a punto de lograrlo, aparece...