•7• Somos enemigos

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Las preguntas en mi mente se amontonan unas con otras

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Las preguntas en mi mente se amontonan unas con otras.

¿Por qué Priscila conoce a Matt? ¿Desde cuándo salen? ¿Matt me mentía? ¿Priscila sabe lo que soy capaz de hacer? ¿Matt le hablaría de mí? Quiero todas las respuestas a esas preguntas, pero sé que sería difícil conseguir cada una de ellas.

Poem Smith corre delante de mí, como si la vida de su hermana estuviera en peligro. Yo más que nadie no dudo de que así sea.

—Espera Poem, no puedo acompañarte hasta esa fiesta.

Si Matt está ahí, quizás es una trampa. Tengo que regresar a mi habitación...

Pero eso también puede ser una trampa. Ya no tengo a dónde ir, no tengo un hogar (vamos, nunca he tenido uno en realidad). No tengo porque regresar al departamento 675. Lo más razonable es irme de la ciudad por un largo tiempo. Hasta que Matt deje de buscarme. Hasta que el mismo arregle sus asuntos pendientes con Richard Silver. Y sí, con arreglar me refiero a matarlo.

—¿Por qué no?

Poem se detiene. Estamos a tres metros uno del otro.

¿Siempre sería así? ¿Siempre tendría que medir mis pasos para evitar que Poem temblara de miedo?

«¿Quieres quedarte con él, Romina?» una vocecita me revela la pregunta del millón. Pero aún no decido nada sobre Poem Smith. No puedo volver a ser egoísta de nuevo.

—Porque no es asunto mío.

De nuevo una excusa, una mentira.

Él me sostiene la mirada un largo rato. Eso es lo que me hace preguntarme si empiezo a sentir algo romántico con él. La verdad, me comienza a gustar que me sostenga la mirada, como un Dios capaz de mirarme sin doblegarse ante mí. Dejando de lado la reacción de su cuerpo, que siempre giraría en mi contra para alejarse del peligro que represento.

—No me vengas con excusas baratas, Neón. —se detiene a mitad de pasillo.

—Es lo que es, Smith. No tengo porque meterme en asuntos tuyos. —abrazo mis costillas y miro el techo y regreso la vista de nuevo a Poem. Sus ojos se cierran con incredulidad.

—Ja, dices eso pero el otro día me espiabas desde la azotea de la casa de mi amigo ¿Eso no es meterte en mis asuntos?

—Yo... —no encuentro una respuesta para desmentir lo que dice.

—Está bien, si quieres regresa a la habitación. Yo iré por Priscila.

—Ve con cuidado. —trato de no parecer preocupada.

Porque debo de admitir que me preocupa que esté en la misma habitación que Matt.

Poem abre su boca luego me regala una sonrisa. No es la mejor sonrisa que he visto en mi vida, pero logra calentar mi pecho y hacerme sonreír por primera vez en varios años.

Romina Neón #1 El Dominio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora