•26• Rompiendo promesas

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—Esto va enserio, Priscila

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—Esto va enserio, Priscila.

—Pues me niego a dejarte de nuevo y a los demás —intenta señalar a nuestra espalda. Donde Romina y su hermano conversan con rapidez.

Llegando a la camioneta me inclino para sacar las llaves y entregárselas a una Priscila enojada.

—No me trates de convencer de que me vaya, sabes perfectamente que no lo haré.

Se cruza de brazos y gira su mirada.

—Hazme un favor ¿Quieres? Sal rápido por esa calle y ponte a salvo.

—Si piensas que te haré caso, ya sabes la respuesta negativa a eso.

—Sí —bajo la voz—, pero eres quizás nuestro plan b en caso de que todo se vaya por el caño.

Sus ojos dudan y analiza por dos segundos la situación.

—¿Qué haría aparte de irme a refugiar debajo de una piedra y esperar el inevitable final?

—Vas a traer a Middleton.

Cuando suelto el nombre ella niega rápidamente.

—No necesitamos a ese tipo.

Sé lo que le hizo a mi hermana, pero él tiene la ventaja de poder luchar al lado de Romina y protegerla. Además de que él aún tiene a su disposición el armamento de la ciudad. Solo era cuestión de meterles un plomazo en las frentes a esos experimentos y terminar con todo esto. Tan rápido y eficaz.

—Creeme, lo vamos a necesitar —mi mirada gira para ver la silueta de Romina que se acerca un poco más al gigante inmóvil.

—Ya, lo entiendo. Es por Romina ¿Cierto? —deja caer los brazos y extiende la mano. Le doy las llaves.

—Solo es por si algo sale mal y yo, —me miro las manos— ya sabes. No puedo cuidarla como quisiera. Y no sabemos si su hermano corra con más suerte.

Ella sonríe hacia donde está Robin: —Eso no pasará, él me hizo una promesa la otra vez.

—¿Ustedes? —la miro con extrañeza.

—Algo así —sonríe y sube a la camioneta. Enciende el motor—. Pero supongo que tú y Romina también tienen algo ¿No? O es que aún no se declaran.

Mi sonrisa decae y miro las piedritas del asfalto.

—No y no creo que cambie algo si le digo sobre... —suspiro y niego, Priscila sujeta el volante con demasiada fuerza—. Lo que sea que sienta por ella. No sé puede y ya.

Romina Neón #1 El Dominio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora