Capítulo 13

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Pov's Cristián

"El que ama no daña hijo, Y eso que quieres hacer de quitarle el niño Nathaly es dañar y no lo digo por ella, lo digo por ese pequeño que no tiene la culpa de nada de lo que pasó entre ustedes y lo que hizo su madre, tienes que dejar la prepotencia a lo que al niño se refiera, por qué tienes que pensar que si haciendo las cosas como las quieres hacer no lo vas a dañar a él en el proceso"

Las palabras de la nana vienen a mi mente, Siempre a sido ella la que sabe cómo ponerme a pensar y esta vez no sería la excepción a eso, le conté los planes que tenía para quitarle el niño a nathaly, era lo que quería hacer, el sentimiento que surgió en mi cuando me dijo la verdad quería eso, quería quitarle a mi hijo, pero no lo haría por venganza, lo haría por qué aún para mí es lo más justo, esa noche que regrese de la mansión Petrov, no dormí, lloré, reí, grite, amé y odie, si, por qué el hecho de enterarme que tenía un hijo fue lo más sublime para mí y a la vez lo más reconfortante, pues... Tenía ese sentimiento de soledad en mi pecho, pero ángel con solo decirme papá acabo con eso y en ese mismo instante lo ame, ame a mi hijo, pero también odie al mismo tiempo, odie a Nathaly por haberme separado de el, y aún... Siento resentimiento por qué no me parece justo lo mucho que sufrí, cuando ella tenía como calmar mi sufrimiento, mi dolor y aún así solo pensó en ella, entonces el odio estaba actuando por mi, llame a mis abogados en New York y hice que se movilizarán preparando una demanda, si, eso haría la demandaría por lo que hizo y tenía argumentos para alegar para que ella no se quedará con ángel y si era necesario pagaría lo que fuera por tenerlo conmigo, pero la nana detuvo todas mi acciones y me hizo ver a mi hijo, lo que podría pasar, entonces decidí oírla, oír lo que ella tenía que decir sobre Ángel y cómo sería esto, pero como hablo esa noche supe que no me iba hacer nada fácil dejar que ángel se fuera Conmigo, y ahí empecé a hacer los trámites para que ángel lleve mi apellido, Contacte al fiscal Vlozkoz y como es conocido de mi padrino y cristiano todo sería más fácil solo hacía falta la prueba de paternidad.

Cuando leí el negativo en ese papel por un momento pensé muchas cosas, pero me costó menos de un segundo darme cuenta que se trataba de un error, jamás pensaría que el niño que estaba en mis brazos no era mi hijo, jamás dudaría de lo que siento cada que tengo a mi hijo en brazos, cada que sonríe y sin hablar de cada vez que me dice papá. ¡Maldición soy el hombre más afortunado del mundo!.

Maldita cristiana me va a escuchar.

Cuando vi a ese doctor con su mano en la cintura de Nathaly no puedo decir que sentí celos, por qué no siento nada por ella, pero me molesto el hecho de que anduviera de coqueta con mi hijo cerca, después que el extendiera sus brazos hacia mi hijo eso sí hizo que mi sangre hirviera y quisiera cortarle los brazos, pero todo empeoró cuando la estaba diciéndole linda, hijo de puta, ¡No frente a mi hijo!.

¿Por qué no me buscaste? En lo que Nathaly me preguntó eso, mi cuerpo se tenso, todo en mi vibro de impotencia y preferir callar, por qué se que lo que diría en ese momento la iba a herir, así que opte por callar, por no decir nada, para no herirla en ese momento.

Mientras hablaba de las cosas de mi hijo, lo estuve pensando, debo tratar de llevar las cosas con calma por ángel y si eso es volver a la mierda del pasado lo haré, volteo a ver al ventanal de mi habitación aquí en Rusia y después vuelvo a ver a la mujer que me ve atenta a lo que diré, ella tiene sus ojos fijos en mi, y yo en ella.

En el momento donde vi a Nathaly en la gala, todo se detuvo solo para que yo al admirara, cuando nuestros ojos conectaron vi todo lo que vivimos en esos lindos ojos azules, cuando dio un paso mi pene se levantó como si tú tuviera vida propia, la maldita seguridad con la que caminaba hizo que tuviera una puta erección, tal cual como la primera vez que la vi en la oficina, pero todo se intensificó cuando vi el escote de ese lindo vestido azul, ese siempre a sido su color, mi vista disfruto tanto que todo se concentró en mi pene, pero obligue a mis ojos dejar de verla, estaba sintiendo muchas cosas en ese momento, no amor, deseo quizás, pero estaba teniendo una batalla que ardía en mi interior, entre el deseo, el asombro, pero después se unió la decepción cuando escuché quién realmente era, ella me mintió.

La Magnate RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora