Pov's Cristián.
En mi vida he experimentado todo tipo de emociones, pero nunca está que se siente tan cálida y plena. La sensación que siento en mi pecho lo sentí una vez con tanta fuerza, y eso fue cada que tenía a nathaly en mis brazos, cuando la tenía cerca, cuando amanecía a mi lado.
Pero esta vez es más fuerte, al ver a mi hijo dormir tranquilo ahí hace que mi pecho se infle de la emoción, del orgullo, cuando el doctor me dijo aquella vez que Nathaly estuvo embarazada, eso me enorgulleció pues, era la mujer con la quería pasar el resto de mi vida, y ese orgullo no desapareció a pesar de lo que sucedió, cada vez que voy al cementerio siento amor y orgullo.
Pero ahora no sé cómo explicar lo que estoy sintiendo, tengo un hijo, lo tengo conmigo.
-Eres el campeón de papá, Te amo- le digo y le doy un beso en la frente.
El se remueve pero no se despierta.
Nathaly Petrova... Sin lugar a dudas es lo mejor que pudo llegar a mi vida, me hizo sentir tantas cosas, pero nada como el hecho de haberme dado la dicha de ser padre dos veces.
No puedo odiarla, a ella no, no después de haberme hecho feliz, no después de haberme hecho volver a creer en el amor, no después de haberme correspondido de las mejores maneras, no después de haberme dicho te amo, no después de haberme hecho papá.
-¿Estas feliz?- pregunta la nana entrando a la habitación del jet.
-Feliz es poco nana, no tengo palabras para describir lo que siento, tengo un hijo nana, ¡Un hijo!- exclamo feliz.
Ella sonríe y se sienta a mi lado- Me gusta tanto verte así, creo que ya estoy lista para partir, te vi ser feliz.
Y de nuevo esa espina en mi pecho, es tan dolorosa que quema, arde, sangra.
Voy triste a mi habitación, ¿Por que ella no me quiere? Yo la quiero, la quiero mucho, pero ella a mí no.
Rompo el dibujo que está en el papel que tengo en las manos, la hoja se parte justo en nuestras manos unidas, mi mamá y yo nunca estaremos unidos.
Alguien toca la puerta de mi habitación, pero yo entierro la cara en mi almohada. La nana entra.
-Mi niño- dice acariciando mi espalda.
-No quiero que me veas llorar.
-¿Por qué estás llorando?- pregunta la nana, ella sabe la respuesta, ella vio cuando mi mamá rechazo mi dibujo.
No respondo, no quiero volver a decir que es por qué mi mamá no me quiere. La nana al ver que no le respondo empieza a hacerme cosquillas.
Las risas salen de mi boca y como siempre esto me hace dejar de llorar. Me volteo y veo a la nana.
-¿Por qué tú no fuiste mi mamá? Tu si me quieres- le afirmo a la mujer que me está viendo con una sonrisa.
-¿Te hubiese gustado una mamá cómo yo?- me preguntó estirando sus brazos, yo me pongo sobre mis rodillas y me le quedó viendo, después la abrazo.
-Si nana, yo quería una mamá cómo tú, que me diera pastel, besos, abrazos, y que me dijera que me quería.
-¿Y qué más?- pregunta dándome besos en la mejilla.
-ah, y que le gustarán mis dibujos-.
-pues... Yo puedo ser tu madre- eso hace que rompa el abrazo y la vea fijamente.
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La Magnate Rusa
RomanceDuología: Amor entre los negocios. La Magnate Rusa es el segundo libro de esta duología, Para entender esta historia, Primero tienes que leer "El Magnate Neoyorquino". Nathaly Petrova, Una mujer fuerte, decidida, extrovertida, Sensual, linda Y sobre...