Dos al cielo, uno aquí.

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Nathaly

Estrujo mis ojos cuando termino de salir de la habitación. Veo la hora en mi móvil; tres con cuarenta minutos de la madrugada. 

He querido evitar esté pensamiento, pero creo que no lo puedo seguir negando, además de que mi corazón lo dice y mi cuerpo lo confirma.

Mi móvil vibra en mi mano, y desactivo la alarma. Todas estas noches he vomitado justamente a las tres con cuarenta y cinco minutos, pero está vez lo hice antes, por eso tenía la alarma a esta hora, aunque últimamente Cristián ha tenido el sueño pesado, prefiero irme al baño antes de que él pueda despertar.

Suspiro por el olor que da de lleno en mis fosas nasales; café, aunque quiero tomarlo no lo haré, porqué si lo que pienso es verdad, no puedo arriesgarme.

Saco galletas club social de la gaveta, sirvo jugo de naranja en un vaso y camino hasta la piscina. Dejo las galletas y el vaso con jugo en el borde, mientras dejo las chancletas a un lado, para sentarme y meter los pies.

Disfruto el agua fría en mis pies y suspiro para luego sonreir como una niña cuando agarro la galleta en mis manos.

Dios mio... Solo espero que esos resultados no den positivo ¿Cómo me deje embarazar otra vez?

Si parecen conejos, es lo normal.

Prefiero no oírte conciencia.

Yo no quería más hijos, claro que sí estoy embarazada voy a amarlo tanto como amo a mis cuatro hijos, pero es que las gemelas ya tienen seis años y realmente pensé que ahora sería más fácil todo, pues cuando cada uno están en sus deberes Cristián y yo aprovechamos para estar juntos, con otro embarazo no creo que sea así, además sabiendo de cómo se ponen mis hormonas y aunque eso no es lo peor, por decirlo de una manera es que; la posibilidad de que mi embarazo sea más de un bebé es muy posible.

Suelto un bufido dejando el vaso con jugo a un lado, quitó la bata de seda y me lanzó en la piscina.

De verdad esto me da paz.

Dios mio, no quiero decirle a Cristián sobre mis sospechas porqué se volverá loco, pues si es por él tendríamos hijos a cada nada aún me sigo preguntando ¿Por qué me descuide y no acepte el jodido aparato?

Limpio el exceso de agua de mi rostro. Solo esperaré hasta el lunes, para saber los resultados. Muy bien puedo saberlos antes, pero no, no lo haré. Este fin de semana es de estar en familia y aúnque sería una buena oportunidad decirlo frente a toda la familia no lo haré.

La nana llegó hace dos días de su  luna de miel que fue en  Italia, es algo que a mí me pareció ridículo porqué ha estado en Italia más veces de las que podría contar, pero ella quería ir a esa playa dónde dijo que quería que esparcieramos su cenizas si moría.

Cuando se lo dijo a Cristián, mi esposo se tenso y la paso mal ese día atando cabos que solo se hacían en su cabeza o eso es lo que yo también quiero creer.

-¡No te lanzes!- grito hacia mi hijo mayor.

-Tranquila mamá, no tenía pensado hacerlo, solo tú puedes nadar a estas horas con el agua que estoy seguro que está fría.

-Perdóneme señor Black.

El ríe y se sienta en el borde la piscina sin meter sus piernas y empieza a comer mis galletas.

-¿No puedes dormir, mamá?.

-No mi ángel, iba a aprovechar arreglar algunas cosas de la empresa, antes de irnos a Puerto Rico. ¿Que haces tú despierto?

Mi hijo toma mi jugo.

-Aún sigo diciendo que lo mejor era ir a Colombia, quiero volver a Cartagena. Chloe estaba llamando, deje la laptop abierta y conectada a los altavoces y eso me despertó.

La Magnate RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora