La Magnate Rusa

Capítulo 44

Pov's Cristián

¿Como describir lo que hace que mi pecho duela por todo lo que siento? ¿Felicidad? ¿Dicha? ¿Suerte? ¿Destino? No lo sé, no sabría cómo llamar a lo que siento en estos momentos.

Mi mujer está embarazada de dos vidas, vidas que sin parte de mi, parte de ella y el fruto del amor que nos tenemos.

¿Soy merecedor de esto? ¿De esta familia que Nathaly me ha brindado? Ahora dudo del sí, que creía, si, porque todo lo que está pasando referente al embarazo de Estephany me hace dudar, porque soy fiel creyente de que ese bebé no tiene porque pagar mis culpas y menos las de su madre, no sé si soy creyente a eso por mi experiencia o porque realmente lo creo así, pero temo al futuro y lo que pueda pasar.

¡Dos! ¡Dos bebés! ¡Dos vidas que son mi vida! No sé cómo sentirme respecto a eso. Nada tiene comparación a esta felicidad, siempre me imaginé cómo sería vivir esto del embarazo, las citas medicas...

Obvio, obviando que jamás pensé en desmayarme.

La felicidad que sentí cuando vi a Ángel es muy diferente a la que siento ahora, porque fue muy diferente a todo esto, a mi Ángel lo vi ya estando grande, me perdí muchas cosas de su vida, de los primero años de vida, pero esta vez lo que siento es más fuerte porque veré cada etapa, veré su vientre crecer, veré a mis hijos ya formados en su vientre, pero lo más importante es que estaré con ellos desde el minuto uno en este mundo, si, porque esta vez es y será muy diferente al pasado.

Siento la sonrisa formarse en mi boca cuando veo a Nathaly salir de la habitación. Estoy enamorado y esa es la verdad, pero lo que más me hace amarla es la forma en la que hace ver todo más fácil, no sé cómo explicar lo que sentí cuando ella veía aquella pantalla donde se veían mis hijos, o bueno... Eso es lo que dice ella y Camila porque yo no vi más que manchas, pero el caso es que se que está feliz jamás vi a nadie tan feliz, tan entregada como lo estaba ella y eso solo me confirma que mejor madre que ella no ha de existir.

Dejo mis pensamientos de enamorado a un lado, para ver al hombre que está en la camilla. Me observa con una sonrisa de tristeza, sus ojos verdes similar a los mios se ven llenos de tristeza, arrepentimiento.

-¿Por qué?- pregunto- ¿Por qué nunca estabas? ¿Por qué fuiste tan... Ausenté?.

El afinca ambas manos a sus costados. Termino de ayudarlo a incorporarse y el suspira como si tuviera pensando en cómo responder mis preguntas.

-Cristián... ¿Sabes? Pensé que lo estaba haciendo bien, pero ahora veo que tenía una ideología muy equivocada, hijo, yo siempre pensé que mi labor era estar en la empresa, trabajando para el futuro de mi familia algo hipócrita de mi parte ¿Sabes? Yo sí quería tener hijos, por eso sí mi trabajo, pero ¿Por qué digo algo hipócrita? Porque aunque era yo el que quería ser padre no estuve, pero pensaba que tú madre estaba haciéndolo bien, pero hasta ahora veo que me equivoqué y mucho.

»Jamas pensé que Saray te trataba mal, aunque si, notaba que no estaba familiarizada contigo, lo notaba en las noches, pero nunca nadie me dijo nada, pero hijo quiero que sepas que yo te ame desde el primer momento, pues era yo el que quería tenerte, pero nunca te tuve en realidad, hasta ahora veo que no es sólo el haberte puesto en el vientre de ella, si no que iba mucho más allá y no tengo más excusa que decir que tenía una ideología equivocada- dice con una sonrisa triste mientras niega- estaba tan equivocado que no vi el daño que ella te causó, y después, después seguí cometiendo errores al mandarte a Italia en vez de luchar por ti, por una relación de padre e hijo, pero solo pensé que era lo que tú querías, aunque en cierta parte era así, pero todo fue a raíz de lo que vivías con Saray, aunque no puedo decir mucho de ti en el sentido de cómo te sentiste la primera vez que estabas enamorado, nunca supe cómo te sentías cuando tuviste ese problema en Italia, no supe que sentiste cuando te graduaste en aquella universidad en Italia y ciertamente fue porque tú no me lo permitiste, pero creo que es lo que merecía Cristián.