Capítulo 31

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Estoy segura que he tomado la decisión correcta, habrá cosas que tendremos que hablar y ponernos de acuerdo, pero este beso es la afirmación a todo lo que nos hará feliz, este beso es el sello de que estaremos juntos para siempre.

Cristián atrapa mi labio inferior entre sus dientes y ejerce un poco de presión mientras su lengua acaricia el mismo.

La luz radiante del sol del amanecer hacen que sus ojos verdes se vean más claros y transparente. Su mirada me grita todo lo que no dice, su sonrisa es una droga para mí. El se vuelve acerca a mi rostro y frota su nariz con la mia. Nuestras frentes unidas mientras su dedo índice traza círculos en mi nalga.

-Te repetiré algo que te dije en el pasado y que ahora está taladrando mi garganta para que lo deje salir- dice con los ojos cerrados.

Yo acaricio su mejilla.

-Te escucho-digo solo para los dos.

-Te amo.

No hago otra cosa subir su rostro y besarlo. Un beso lleno de amor, si, amor porqué eso es lo que estoy sintiendo ahora. Amo a este hombre y haré lo que sea por tenerlo a mi lado siempre.

Yo interrumpo el beso para darles besos castos en sus labios hinchados. Su mirada verdosa está conectada con la mia.

-También te amo Cristián.

-Lo sé- dice con una sonrisa. Yo golpeo su hombro y meto mi rostro en su cuello.

-¡¿No que no?!- grita Fiorella.

-Eso va para ti- me dice Cristián y yo sonrío en su cuello.

-¡No seré tu prima, solo su secretaria!- sigue gritando Fiorella.

Yo levanto mi cara para mirarla en los brazos de Iván. Saco mi dedo del medio y ella abre la boca.

-¡La nana me debe Diez mil dólares! ¡Por fin gané!- grita Giovanni corriendo por el patio.

Yo niego con una sonrisa.

-¿Ahora que apostaron?- le pregunta Cristián.

-Yo aposté que Nathaly no se iba, pero la nana está tan traumada por su culpa que apostó que Nathaly se volvía a ir- dice Giovanni para después hacer un puchero.

-¡Todos tenemos ese trauma!- grita Génesis.

-Yo confíe en tu amor- me dice Cristián.

-¿Enserio?- pregunto.

-No, realmente me hice la idea de que te ibas.

Yo sonrío. El me baja. Cuando mis pies tocan el césped un horrible mareo se apodera de mi y las ganas de vomitar me invaden.

Yo corro hasta el baño que está cerca de la cocina. Hago muecas cuando el amargo sabor del vómito atraviesa mi boca.

-Asi habrás bebido- dice Cristián pasándome una toalla.

-Ni tanto, amor- le digo para abrazarlo.

-¿Que te hizo cambiar de decisión? Porqué puedo jurar que tú respuesta era que te ibas a ir- dice pasando su mano por mi cabello.

Yo subo mi cara para que nuestras miradas se conectan.

-Mi amor por ti es más grande, mi amor por ángel, mi amor por esta familia. También las palabras de Génesis, la canción de Camila- le digo con una sonrisa.

-Siempre he dicho que Génesis me cae mejor que Brenda- dice con una sonrisa.

Yo viro los ojos. El se inclina para darme un beso, pero yo retrocedo.

La Magnate RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora