10. Furia de Enijy.

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Ocho meses después de que el Enijy despertara en Bastian.

Actualmente, el chico ya había cumplido dieciséis. Aprendió mucho en sus entrenamientos, pero todavía permanecía como un novato, por así decirlo. A estas alturas ya logró empezar una relación con Lizza, aunque fue ella la que dio el primer paso, como ya suponíamos.

Hasta ahora, Bastian no le había dicho nada a Gustavo acerca de sus "poderes". Pero Gustavo ya tenía una ligera sospecha de que algo pasaba, pues notó que el comportamiento de su amigo había cambiado en algo.

Al padre de Bastian, Walter, le costó asimilar todo lo que le había pasado en su vida, pero logró recuperarse, y para este entonces todo se encontraba mejor. Seguía en su trabajo, cada vez mejorando más. Se turnaban y organizaban con Bastian y Matías acerca de los cuidados de la casa.

Pero llegó un punto en el que ya se notó que entre los tres no podrían hacerlo todo, pues no siempre estaban disponibles y la casa era muy grande para solo tres personas. Es por ello que Walter se vio en la necesidad de contratar a un trabajador doméstico para que viniera una o dos veces a la semana para que hiciera los quehaceres que ellos no podían realizar, así la casa se mantendría en buen estado.

Y cuando todo ya parecía estar bien, Bastian comenzó a tener un problemilla.

Ataques de ira. O algo así...

Los sentimientos e impulsos del muchacho comenzaban a intensificarse, y era más sensible a lo que pasaba a su alrededor. Cualquier situación en la que uno podría enojarse, a él lo hacía enfadar más de lo normal. Y el hecho de tener algo dentro de él hacía temer a Bastian acerca de sus acciones y relaciones. No podía dejar que sus sentimientos lo controlaran, porque de alguna u otra manera entendía que si se llegara a alterarse lo suficiente, perdería el control por completo.

Afortunadamente, el Enijy entraba en acción cuando notaba que el chico estaba perdiendo los estribos, llamándole la atención desde sus adentros para que no cometiera una estupidez. Y cada vez que Bastian tenía estos ataques, salía huyendo hasta estar solo para así poder tomar aire o mojarse el rostro, si es que tenía la oportunidad.

Él no estaba seguro de por cuánto tiempo más podría aguantar.

En una ocasión lo invitaron a una fiesta, y cuando se apartó para estar un rato a solas, un sujeto que era de otro colegio se tomó la molestia de acercase tan solo para empujarlo mientras lo amenazaba, diciéndole que se alejara de Lizza.

Al parecer era un fan de la chica. Y supongo que le tenía envidia a Bastian. En cambio, este último trató de controlarse lo más que pudo. Pero el tipo se volvió tan pesado, que al final no pudo contenerse y Bastian le rompió la cara de un puñetazo.

Por suerte el sujeto estaba borracho y no le habrá dolido tanto, a pesar de haberse desmayado. Aun así, algo me dice que necesitó ir a un doctor después.

La gente alrededor comenzó a reírse del muchacho caído, mientras Bastian aprovechaba para salir corriendo.

Era mejor que volviera a su casa.

Mientras caminaba hacia allá, a altas horas de la madrugada, comenzó una conversación con el Enijy.

—En serio, amigo, debes enseñarme a controlar esto.

No lo sabes hacer porque no le dedicas tiempo. Te la pasas cogiendo con Lizza cada vez que se ven.

—Espera, ¡¿puedes ver eso?! ¡S-sos un enfermo!

¡Ey, no es mi culpa que vea la mayoría de las cosas que haces! No siempre voy a estar inactivo aquí.

—Sí, sí... ¿Me vas a decir qué me pasa o no?

Poder Shaishu: La Cacería de Astrid. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora