Hace dos años con diez meses, en algún lugar de Laos.
Una chica corría desesperada, adentrándose en un bosque para buscar refugio. Estaba siendo perseguida por una mujer, que sin ningún apuro, la seguía a paso lento. Era casi como si estuviera haciéndolo a propósito, con el fin de estresar a su víctima.
Era de tarde, cerca de las tres. Hacía bastante calor, y si no fuera por los árboles del bosque, la chica que huía ya se hubiera desmayado. Pensó que perdería a la mujer en el lugar, así que se escondió detrás de un árbol caído, para luego tratar de calmar su respiración.
Intentó ocultar su Jy, pero era demasiado tarde. Su perseguidora ya estaba cerca, diciéndole en voz alta que no se podría esconderse por mucho tiempo. Y tan solo cinco segundos después, la mujer extendió un brazo y, con la palma abierta, apuntó hacia el escondite de la chica, formando una bola de energía que fue disparada hacia su dirección.
La chica notó las intenciones de la cazadora un par de segundos antes, por lo que saltó varios metros hacia un lado para evadir el ataque. La bola de energía disparada estalló en cuanto tocó el árbol podrido.
—¡Ya déjame en paz! —gritó la chica, mientras se levantaba del suelo.
—Es divertido jugar un poco antes de acabar con esto. Si simplemente llego y te mato, mi caza sería demasiado aburrida.
Ignorando las palabras de la mujer, la chica hizo un movimiento y disparó bolas de agua diminutas para intentar defenderse. La mujer, en cambio, levantó un muro de fuego con el fin de protegerse, logrando evaporar el agua antes de que llegara a ella.
Cuando el muro desapareció, la chica ya no estaba. Volvió a escaparse.
—Bueno, al menos no contraatacó... Seguirá divirtiéndome por un rato más mientras siga corriendo.
La mujer —pelirroja, por cierto—, notó que uno de los árboles que tenía cerca había sido atravesado por una de las bolas de agua. Esto le hizo notar que parte de su ataque logró atravesar el muro de fuego.
—Veo que tiene talento... Aunque aun le falta mucho para tocarme.
El muro de fuego había hecho que una parte de la hierba del suelo comenzara a arder. La mujer, a la cual no le gustaría ser responsable de un incendio forestal, se acercó y pisó las pequeñas llamas.
—Y con eso, el medio ambiente fue salvado una vez más. ¡Ja! —Cuando levantó la mirada, de reojo vio que en su brazo derecho, su ropa se había rasgado. Dedujo que también fue por el ataque enemigo. La mujer sonrió nerviosa y algo enfadada, pero al mismo tiempo admiró a la chica por haber sido capaz de rozarla—.
La chica corrió hasta llegar a los bordes del bosque, donde se encontró con un terreno abierto, rocoso. Si bien había pocos lugares donde esconderse de manera eficaz, no tenía otra opción más que seguir adelante. Era eso o ser alcanzada.
Corrió hasta encontrar una roca grande, para luego esconderse detrás. Se concentró en relajar su respiración, calmarse y ocultar su Jy para así no ser detectada.
La mujer llegó al lugar, y comenzó a decir en voz alta que era momento de que dejara de ocultarse y la hiciera frente. Por supuesto, la chica no respondió nada. Ella tan solo se movió un poco para acomodarse, pero no vio la rama que tenía al lado. El ruido la delató, por lo que la cazadora supo en qué dirección se encontraba.
La mujer dio un salto alto, lo suficiente como para lograr ver dónde estaba su objetivo.
—¡Ahí estás! —gritó, lanzando otra bomba de Jy.
La chica saltó hacia un lado en cuanto escuchó la voz de la mujer, buscando ponerse a cubierto detrás de la roca más cercana.
—¡Ya deja de esconderte! —Volvió a decir la mujer—. ¡Cometa Ígneo!
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Poder Shaishu: La Cacería de Astrid. ©
خيال (فانتازيا)Bastian, un chico que será testigo de unos extraños acontecimientos, terminará dándose cuenta del abrumador poder que lleva en su interior. Y no tardará en descubrir que no es el único de su clase. Un día, una extraña mujer aparece y ataca a Bastian...