Makarov y Yaika se dirigieron al salón principal de la base. Era una cueva inmensa donde, de seguro, la civilización que vivió ahí realizaba sacrificios. Actualmente, tuvieron que ponerle algunas luces a toda la guarida para iluminarla mucho mejor que las velas y antorchas que usaban antes.
En medio del salón estaba Learlly, y a su lado se encontraba una chica tirada en el suelo; esta era el Shaishu que él había capturado hace días.
Cuando Makarov se acercó al cuerpo, se percató de que la chica aún estaba viva.
—Vaya, has hecho un buen trabajo.
—Sí... —añadió Learlly, ignorando el halago—. Aunque la verdad es que no dio mucha pelea... Qué decepción. Y yo pensé que sería lo suficientemente fuerte como para divertirme al menos un rato.
—Nunca dejarás de buscar pelea solo porque sí, ¿verdad?
—¡Jamás! ¿Qué cosas dices? Sabes bien que me uní a esta organización solo porque me enfrentaría a enemigos poderosos. ¡Quería sentir esa adrenalina que me infunden las batallas! —Learlly suspiró emocionado, casi como si sus propias palabras le estuvieran dando placer. Pero luego de un segundo, se tranquilizó—. En fin, esta chica no fue siquiera un desafío... Solo espero encontrar alguien fuerte con quien pelear antes de que me mate el aburrimiento.
—Bueno, tal vez te encuentres con algún Shaishu que te dé pelea muy pronto. Solo ten paciencia.
—Lo peor es que ninguno de ustedes quiere pelear conmigo. —Se quejó Learlly, cruzando los brazos y desviando la mirada, disgustado... Casi haciendo berrinche—. No es justo. Ni Richard ni tú quieren luchar, aunque sea para entrenar o algo.
—¿Al menos piensas que tendrás oportunidad contra ellos? —rio Yaika.
—Cállate. Tú eres solo un jardinero que cura heridas. Ni siquiera sales a cazar. No tienes porqué dar opiniones.
—¿Qué... dijiste?
El Jy de Yaika comenzó a elevarse y unas raíces salieron del suelo a sus pies. Learlly sonrió confiado e hizo lo mismo, elevando su Jy y preparándose para luchar. Todo esto hizo que el lugar comenzara a temblar levemente.
—¡Es suficiente! —ordenó Makarov, su Jy se elevó tanto que logró intimidar a los otros dos hombres. Makarov estaba al lado de la chica Shaishu, con una rodilla al suelo—. No vinimos aquí para discutir por estupideces.
Yaika hizo caso al instante.
—Learlly, deja de actuar como un niño —continuó Makarov—. No molestes a Yaika. Sabes muy bien lo importante que es para nuestra organización. Guárdale algo de respeto al menos.
Learlly intercambió miradas con Yaika una vez más para luego ver a Makarov y tranquilizarse.
—Vale... Está bien —finalizó Learlly, cruzando los brazos—. Al final ni quería luchar contra ti, ¿sabes?
Makarov procedió a comenzar lo que vino a hacer.
—Entonces ahora vas a...
—Así es... —añadió Makarov, interrumpiendo a Learlly—. Absorberé su Jy Espiritual.
El hombre puso sus manos sobre el cuerpo de la chica, y luego de un par de segundos, su energía comenzó a fluir hacia el cuerpo de Makarov.
Yaika y Learlly sintieron un incremento impresionante en el poder de su líder, el suficiente como para no dudar en retroceder un par de pasos. Todo el lugar comenzó a temblar.
Makarov estuvo absorbiendo el Jy durante cerca de quince minutos, y cuando la chica quedó totalmente vacía, esta murió.
El Jy de Makarov se estabilizó de vuelta. El líder de Astrid se puso de pie y se miró las manos. Al levantar su mirada, se pudo apreciar que unas líneas negras se hicieron presentes en su rostro; estas surgían desde la base de sus párpados inferiores y bajaban hasta sus pómulos.
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Poder Shaishu: La Cacería de Astrid. ©
FantasiBastian, un chico que será testigo de unos extraños acontecimientos, terminará dándose cuenta del abrumador poder que lleva en su interior. Y no tardará en descubrir que no es el único de su clase. Un día, una extraña mujer aparece y ataca a Bastian...