Bastian comenzó a centrarse más en el control del Jy, específicamente con algo que era más que una prioridad: Aprender a ocultarlo y también a sentirlo. Porque, si el Jy se podía sentir, ¿cuáles eran las probabilidades de que todos los que sabían utilizar sus poderes, supieran ya de su paradero? El chico esperaba que no fuera así, porque desaparecer del mapa a estas alturas sería tarea difícil.
El Jy Espiritual era el único que podía ser utilizado para identificar a una persona, pues era la "huella dactilar" de cada uno. El espíritu es algo único dentro de cada ser, y esto hace que nos identifique. Así que, lo que Bastian debía hacer, era aprender a ocultar su Jy espiritual.
Pero hubo otra cosa que llamó la atención de Bastian: El Enijy le comentó que había una habilidad que le permitía a uno el poder levitar —o volar, siendo simplistas—.
La habilidad de vuelo le permite al usuario realizar dicha acción durante dos horas seguidas; cuando este tiempo pasa, la persona debe esperar otras dos para que la habilidad se "recargue". La desventaja de esto es que no importa si se usa menos de dos horas, no se recargará a menos que se agote por completo. Es decir, y poniendo un ejemplo: En un día puedes volar durante una hora, y no importa si tardas otras más en volver a emprender vuelo, solamente te sobra una hora más de uso.
Si bien todo esto era una desventaja, dos horas eran más que suficiente como para que Bastian pudiera alejarse de la población y llevar a sus enemigos lejos para que nadie se viera afectado en sus peleas.
Habían varias otras habilidades, las cuales el Enijy prefirió no explicárselas a Bastian aun, por no ser importantes en ese momento.
Bastian tardó casi tres meses y una semana en aprender todo esto. Y como era de esperarse, durante estos entrenamientos, Gustavo comenzó a interesarse en el tema. Bastian le explicó que cualquiera puede intentar entrenar y aprender a controlar su Jy. Aunque bueno, realmente no era cien por ciento seguro que uno podría lograr esto a gran escala.
Según el Enijy, si bien es algo que todos pueden intentar, apenas unas cuantas personas lograrían llegar a un nivel alto de control. La mayoría simplemente se quedarán en lo básico, mientras que otros ni llegarán a alcanzar dicho nivel.
También se debía tener en cuenta la afinidad de cada persona. Al final, nadie es igual, y muy pocos tendrán la suerte de que su apellido tenga el poder de algún elemento o algo así... Y los que no cuenten con dicha suerte, tendrán que arreglárselas para resaltar en algo en lo que sean buenos.
Y ya que mencionamos a los apellidos que poseen poderes, hablando de aquellos que tenían a algún Guardián... Estos eran más que únicos, y solo dieciséis apellidos existen que poseen a cada uno de estos seres.
En definitiva, todo esto era algo complejo. Aprender a utilizar el Jy no es tan fácil que digamos. Conllevaba mucho esfuerzo, pero cuando se lograba, el resto era pan comido... Bueno, al menos no todo.
En el caso de Bastian, por más que fuera un Shaishu y estos naturalmente suelen aprender rápido debido a que básicamente tienen un maestro acompañándolos, el chico ya llevaba más de un año entrenando y apenas estaba en las cosas básicas —Bastian no es que fuera un prodigio ni nada—.
Entrenar a Gustavo conllevaría enseñarle todo lo que el Enijy le había enseñado hasta ahora. No tendría problema... Si no fuera porque sabe que introducirlo a este mundo sería peligroso.
Bastian tenía miedo de poner la vida de Gustavo en peligro, así que se negó rotundamente cuando él le pidió que le enseñara. Pero aun así, el chico siguió insistiendo durante un buen tiempo... Y Bastian comenzó a pensarlo un poco más, pero aun con miedo.
—Si aprendo a defenderme no tendrás que preocuparte mucho... Yo no quiero estar aquí siendo un estorbo, Bastian. No me gustaría pararme y mirar de brazos cruzados. Si al menos aprendo a lanzar un ataque podría... No sé... ¿Disparar y distraer al enemigo mientras tú lo atacas con la guardia baja? Cosas así...
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Poder Shaishu: La Cacería de Astrid. ©
FantasyBastian, un chico que será testigo de unos extraños acontecimientos, terminará dándose cuenta del abrumador poder que lleva en su interior. Y no tardará en descubrir que no es el único de su clase. Un día, una extraña mujer aparece y ataca a Bastian...