16 [Sentimientos]

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—Yo... lo que dije...

En realidad, desde la primera vez que tuvo contacto con él dejó una gran impresión, al principio creía que solo era admiración, ante sus ojos era una persona realmente sorprendente. Pero, con el pasar del tiempo, cada vez que tenían más interacciones algo dentro de él se sentía distinto, la forma en la que lo veía, en la que sentía su cercanía, era totalmente diferente a lo que sentía por otras personas.

Aunque aún no estaba del todo seguro de cómo debía de llamar a esos sentimientos, no sabía si sentía solo atracción por Minho, si le gustaba o si ya lo quería, lo único de lo que estaba seguro es que su compañía le hacía tanto bien. Cada vez que lo veía reír algo dentro de si revoloteaba, cada vez que sus ojos hacían contacto visual con los de él, no podía mantener su mirada y lo odiaba, odiaba el hecho de no ser capaz de mirar sus oscuros ojos un poco más, aunque eso también le deba miedo, temía volverse adicto a esa profunda mirada, volverse tan adicto que no podría mirar nunca más a otros ojos.

Taemin sabía que necesitaba hacer algo con esos sentimientos o intentaba descubrir más sobre ellos o los desechaba por completo. No quería arrastrar a Minho consigo, estaba seguro de que no podría hacerlo feliz, en su mundo ser feliz no existía, lo único que podría asegurarle es el sufrimiento –su arresto era una de las pruebas– y en ese momento él no se sentía lo suficientemente valiente como para luchar contra todo, más cuando su vida estaba decidida casi al cien por ciento, no tenía la fuerza para luchar contra su destino.

—Yo, en realidad ¿puedes olvidar lo que dije? —su primer impulso fue huir de la situación, pero cuando estaba a punto de abrir la puerta de la habitación y salir, Minho lo detuvo abrazándole por la espalda.

—¿Estás seguro de eso? —era la primera vez que el mayor se atrevía a hablarle de una forma tan directa e informal.

—Ese día me dejé llevar por las emociones momentáneas, estabas a punto de morir y yo no sabía que hacer, pensé que si te decía aquello serias capaz de luchar un poco más y yo...

El mayor le dio media vuelta, poniéndose frente a frente con él. —Mírame a los ojos y dime que no sientes lo mismo que yo, solo así no volveré a tocar el tema.

Taemin trató de enfrentarlo mirándole directamente a los ojos, pero no tardó mucho en darse cuenta de que no sería capaz de hacerlo, intentó buscar otra forma de resistirse a él fracasando inmediatamente. No había forma de que pudiera resistirse a ese hombre y tenerle tan cerca afectaba su mente, su cuerpo... su todo.

Su cuerpo comenzó a actuar más rápido que sus pensamientos y en menos de seis segundos sus labios ya se encontraban tocando los del otro, ambos hombres quedaron sorprendidos por las acciones del príncipe –aunque a ninguno le disgustó la situación–, pronto Minho intentó volver más profundo el beso colocando ambas manos sobre el rostro del menor, quién respondió separando sus labios para darle paso a la lengua del mayor, dejando que esos preciosos labios le dijeran todo lo que las palabras no podían transmitir, mostrándole la magia que se podía compartir con un solo beso.

Tras algunos minutos –aún reacios– se dejaron ir, a ambos les tomó otros minutos más calmar sus respiraciones y el creciente deseo que estaban sintiendo el uno por el otro.

—¿Aún seguirás negando tus sentimientos por mí?

—Yo...

—Por favor se sinceró, no necesariamente conmigo, se sinceró contigo mismo —la mirada de Minho estaba llena de distintas emociones, pero la que más se podía reconocer en ellos, era la desesperación.

—Yo... no puedo aceptar algo que no siento... —Tae pensó muy bien en lo que debía decir y lo que no también —porque para ser sincero no sé qué son estos sentimientos, lo único que puedo decir es que deseo tu compañía, quiero que estes a mi lado, no sé nada más que eso, yo ni siquiera puedo prometer que esto irá bien... yo.

—Está bien, está bien, si no sabes cómo llamar a lo que sientes por mí, te ayudaré a descubrirlo déjame estar a tu lado —Choi acarició las manos del menor para calmarlo —yo tampoco puedo prometer que toda ira bien, porque eso solo lo sabe el tiempo, pero puedo prometer que estaré a tu lado que sin importar lo que pase yo te ayudaré, te protegeré y jamás te haré daño.

—Tengo un matrimonio arreglado —soltó de manera repentina su mayor temor, su mayor mal, el problema que no lo dejaba ser feliz —y ni siquiera puedo deshacerme de el.

—Encontraremos una forma, incluso si el mundo está en contra de nosotros encontraré una forma para que podamos ser felices

"Incluso si el mundo está en contra de nosotros encontraré una forma", esas palabras tan bellas que nuca habían sido dichas para él se quedarían en su memoria por el resto de sus días. Nunca había conocido a alguien que se atreviera a enfrentar el mundo con él y por él, la mayoría de las personas huían en cuento aparecían las primeras dificultades.

—Estoy dispuesto a enfrentar al mundo por ti —años atrás Taemin no se hubiese imaginado que algún día estaría diciéndole frases tan cursis a alguien, ni con HyeRin llegó a hablar tan enserio.

Minho sonrió, acariciando lentamente la mejilla izquierda del menor —yo también lo estoy.

Después de una corta sesión de besos y abrazos ambos se fueron a dormir, sintiéndose completamente renovados, pudiendo descansar como no lo habían hecho en mucho tiempo, olvidándose de todos los problemas que tenían y que tendrían que enfrentar.

[...]

Ya que estuvieron en la ciudad de Tíyat, Taemin comenzó a sentirse más tranquilo, estaba seguro de que en ese lugar sería más difícil que su padre lo encontrara, quería probar por una sola vez el vivir su propia vida bajo sus propias decisiones.

Lo primero que hicieron los primeros dos meses fue comprar una pequeña y vieja casa– la cual se encontraba algo alejada de la demás población– a Taemin le gustó basten el lugar en donde se encontraba, estar cerca de la naturaleza le agradaba de verdad y en el espacio detrás de la casa pudo comenzar a plantar algunos vegetales que les servirían para alimentarse y para comercializar en los mercados.

Aunque en realidad la casa tenía más cosas malas que buenas, los arreglos que debían de hacer eran bastantes, príncipe incluso vendió un poco de las ropas que llevaba encima, cambiándose a ropa de telas más simples y con el dinero extra compró cosas para arreglar la casa. Minho mientras tanto consiguió empleo con un comerciante de telas, se encargaba de transportar los pedidos grandes llevándolos de una ciudad a otra.

Taemin se sentía mal por tener que hacer que el mayor se esforzara tanto, pero a él parecía no importarle demasiado, lo único que deseaba era poder darle lo mejor posible al menor. Cada vez que llegaba a casa era recibido por un abrazo y por una cena –no muy bien– hecha por el príncipe y él lo único que hacía era agradecérselo con una sonrisa, mientras se comía todo lo que le era servido.

Por primera vez Taemin sentía lo que era un verdadero hogar, lleno de calidez y aunque le costaba acostumbrarse del todo al nuevo estilo de vida, la idea de vivir en un ambiente y lugar tan armonioso le hacía feliz, deseaba tanto poder detener todo en esos momentos, que el tiempo los mantuviera allí, uno a lado del otro.

Segundo príncipe no tardó mucho tiempo en poder detener su abrumación y por fin pudo comenzar a darle nombre a sus sentimientos, cada vez que Minho estaba cerca de él –incluso solo estando sentado junto a él sin hacer, ni decir nada– podía sentir lo mucho que lo quería, ya no se imaginaba una vida sin él, había caído profundamente y sin darse cuenta, en su gentileza, en la forma en la que le hablaba, en como lo trataba, en el tiempo que se tomaba en escucharle hablar sobre su día –aunque hubiese hecho lo mismo el día anterior– la forma en la que se preocupaba tanto por él.

Antes no creía en la existencia de "las almas gemelas", pero ahora estaba seguro de que si existían y Minho era la suya, su complemento, a quien sin darse cuenta había estado esperando toda su vida, por quien deseaba convertirse en alguien mejor, por quien deseaba ser valiente y enfrentar a todos de ser necesario. No obstante, había días en los que el futuro le aterraba, el miedo de perder lo que acababa de obtener le aterraba, sabía que debía de luchar por lo que quería, el problema es que no sabía cómo. 

Farewell My Love - ||2Min|| [WFU, L1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora