22 [Único]

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Los brazos de Minho tenían atrapado al menor cuando este se despertó, mientras más consciente estaba más recuerdos de la noche anterior inundaban su mente, podía recordar cada beso y caricia recorrer su cuerpo de nuevo, cada uno de los gemidos del mayor –a su parecer el sonido más fascinante–, incluso podía recordar todo lo que sintió cuando ambos terminaron después de ser masturbados por Minho, deseaba tanto no olvidar jamás esa primera vez.

Sentir la calidez del cuerpo contrario era lo más maravilloso, esa era la vida que deseaba poder mantener para el resto de su vida, quería despertar cada mañana acompañado de su pareja, quería que el mundo supiera lo mucho que se amaban, que todos supieran que en su vida jamás amaría a alguien más, sólo a él, sólo a su Choi Minho.

—¡Buenos días, cariño! —amaba tanto la dulzura que solo le demostraba a él.

—¡Ca-ri-ño! ­—volvió a repetir el menor, aun sin creer que lo haya llamado así.

—¿Qué? —al escuchar la risa nerviosa y un poco burlona del menor, se sintió un poco apenado, pero no se arrepentía de llamarlo así, estaba dispuesto a hacer aun lado sus antiguas creencias, para demostrarle todo el amor que sentía por el príncipe.

—Nada —príncipe se deshizo del abrazo del mayor, para ir en busca de su ropa, hurgo en ella hasta encontrar su objetivo.

Regreso corriendo a la cama para cubrir su desnudes con las cobijas, al notar la mirada de Minho sonrió, le encantaba tener la atención del mayor.

—¿Recuerdas la tradición sobre el compromiso? —Minho asintió —no mucho saben esto, porque ya no es tomada con la importancia que se le daba antes, pero leí en libros antiguos que la razón por la que la pulsera no se debe de perder, ni romper es porque esta simboliza a cada uno de los esposos, se adorna con tres cuentas, dos blancas pequeñas que simbolizan el cuerpo y el alma, una más grande simboliza el corazón y es de color rojo porque al hacerla se usa sangre para teñirla —Taemin estaba tan entretenido explicándole el significado de la pulsera entre sus manos que no notó lo molesto que se estaba poniendo el mayor.

—¿Es la que ella te dio?

—¿Eh? —príncipe miro la pulsera entre sus manos —no, esa ni siquiera la toqué —se sintió un poco molesto porque su explicación no fue debidamente escuchada, pero era comprensible que Minho aun tuviese dudas. —Esta la hice yo mismo, es para ti.

Choi estaba a punto de regañarlo por hacer cosas innecesarias como herirse a sí mismo para regalarle algo, sin embargo decidió aceptarlo –aunque no creía mucho en ese tipo de cosas– viendo lo entusiasmado que estaba Tae no quiso arruinar sus deseos.

Por la tarde cuando estaban paseando por su palacio, llego un aviso del palacio el cual le informaba que debía de viajar de inmediato a la ciudad de Pupunú, llevando consigo a un ejército y provisiones. Segundo príncipe no cuestionó demasiado y siguió las ordenes, era obvio que más problemas se avecinaban.

[...]

Llegando al campamento principal del ejército se encontró con malas noticias y con Lala.

—¿Qué sucedió?

Lala observó por bastante tiempo a Minho –quien estaba detrás de Tae cuidándolo– antes de decir palabra alguna. —Durante la madrugada hubo un intento de ataque, afortunadamente el ejercito logró detenerlos evitando que entraran a la ciudad, pero sufrimos serias perdidas.

—¿En done está el general a cargo?

—Está en su tienda, también resulto herido.

—Tenemos que armar una estrategia de defensa estoy seguro de que volverán a atacar.

Farewell My Love - ||2Min|| [WFU, L1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora