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REHABILITACIÓN MALDITA,⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ capítulo veinticuatro — veterana de guerra
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Claire miró distraída a los chicos que practicaban skate por las calles, parecían divertirse y disfrutar del Sol. Ella al fin comprendía por qué por televisión lucían un buen bronceado.
La realidad siempre estaría, es por eso que tuvo que apartar su vista de ellos para regresarla al comedor de la casa Byers. Luego del problema que espantó a Once ayer, —del cual la castaña se enteró por medio del Jonathan sobrio que golpeó con un patín en la nariz a una chica. Newby no creía que la agresión haya sido dada porque sí, debía de haber un trasfondo—, no había salido más de su habitación, ni siquiera teniendo servidos waffles. No había buen ambiente, lo que fueron mejores amigos de niños ya ni se miraban, a la par que el mayor de los Byers leía el periódico.
—Pasarán Loca Academia de Policía tres, a las cuatro. Podría ser divertido —quiso animar a los demás Jonathan.
—Preferimos quedarnos en casa hoy —rechazó Will.
—¿Qué tienen? ¿Estarán tristes todas las vacaciones? —insistió su hermano.
—No es por eso, es que dicen que es muy mala —se excusó.
—¿Qué hay de ti, Claire? —preguntó ahora a la aludida.
—Dudo estar para esa hora —se negó también. Menos mal no había desempacado, hubiera sido una pérdida de tiempo.
—Agh, apenas tienes un día aquí ¿En serio tienes que irte? —se quejó Jonathan.
—Parece ser urgente. No es que me guste gastar en vano mi dinero —reforzó.
La bocina de un vehículo la hizo pegar un brinco, lo que más llevaba esperando al fin se dio el honor de buscarla. Era un taxi. En realidad sí estaba desanimada por tener que volver a ver ese pueblo descolorido y trágico por historia, la cual para rematar sólo sabían la verdadera unos pocos; se enamoró de sus precarias veinticuatro horas y algo en Lenora, adoró pasar el tiempo con su segunda familia, aunque no haya sido tan grato, entonces para consolarse se prometió que regresaría luego de resolver lo que se esté aconteciendo en Hawkins. Porque en serio la alarmó el tono que empleó Steve para pedirle que vaya al pueblo cuanto antes, él no podía ser tan egoísta para hacerlo por cualquier mal menor.
—Es la hora de mi partida —dijo dramática, para minimizar su tristeza—. Will, eres el más agradable de aquí, te quiero mucho y vendrán cosas buenas para ti.
