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TOTALMENTE ESPÍAS,⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ capítulo tres — ironías de un hippie
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Claire caminaba distraída por los pasillos de la institución hacia la cafetería. El motivo de su embelesamiento se debía a que precisamente ese día, no coincidía en clases con ninguna de sus amigas y no podía saber si Barb no había asistido o si la estaba evitando. Ignoró el tema de Nancy ya que la vio hablar más temprano junto con Harrington, pero prefirió no acercarse, no tenía ganas de escucharla hablar sobre el chico. Y menos con lo acontecido la noche anterior. Newby pasó la noche mal al recordar la disputa y necesitaba hablar con Holland para aclarar las cosas.
No era su actividad favorita caminar sola por los pasillos, pero ¿Qué podía hacer?
Es verdad que muchas de las cosas que dijo eran ciertas y se sentía de esa manera, pero no fue ni el momento ni la manera de decirlo. Sin embargo, no podía ignorar que las palabras de Barb la hirieron; sabía que ella no era ni la más responsable o puntual, pero es consciente y estaba bien con eso.
Al entrar a la cafetería tomó una bandeja y la malhumorada cocinera de maquillaje exagerado y corrido, repartió las raciones de comida. Buscó entre las mesas la característica cabellera cobriza de Barb, pero sólo pudo ver a Nancy acercándose hacia ella. Reprimió un suspiro cansado.
—Claire —saludó incómoda, mordiéndose el labio para observar su bandeja ante la atenta mirada de la castaña—. ¿Todo está bien?
Tardó unos segundos en responder pensativa, llenando de inseguridad a la otra chica. No obstante, Claire sonrió sin muchas ganas. Por supuesto que no estaba molesta con Wheeler, no le hizo nada, quien la tenía ensimismada era Barbara.
—Todo va asombroso como siempre —Pasó todo su peso a una pierna, lanzando su sonrisa ladina. Pretendería que todo estaba bien, pero el malestar en el pecho y sus ojeras la dejaban en evidencia.
—Es un alivio, pensé que estarías molesta también —confesó Nancy.
—Hablando de eso, ¿Has visto a Barb? También tengo que hablar con ella.
—No vino hoy —respondió Nancy con angustia, mirando su entorno.
Ambas se miraron preocupadas. Holland tenía una asistencia perfecta, y la única razón por la que no asistiría es por sentirse muy mal.
—Debe estar enferma o algo, luego la llamamos —supuso Claire e ignoró el mal presentimiento que la rodeaba.
—Sí, seguro —asintió insegura—. ¿Quieres sentarte conmigo y los demás?
