No pasó mucho tiempo desde esa reunión hasta que cayó la noche. Ese día le tocaba a Zamas encargarse de la cocina y preparó una gran variedad de platillos que presentó ante sus dos comensales. Algo que Black aún recordaba de su pasado como Zamas era lo que el Dios de la Destrucción Bills había mencionado sobre la Tierra, de que se trataba de un planeta con gastronomía gourmet, y no mintió aquella vez. Ese planeta permitía producir materias primas de calidad que permitían la elaboración de todo tipo de comidas, de texturas, sabores y aromas de gran variedad. Black y Zamas acordaron amenizar su estadía allí experimentando en ese ámbito, siguiendo recetas escritas por los humanos y cocinando platillos diferentes cada día; era como un pasatiempo para ellos, que animaba la rutina de su plan. Con la presencia de ese yo futuro, Zamas preparó más comida ese día, llenando la mesa de platos y fuentes que se veían muy bien. Black enseguida se sirvió grandes porciones y empezó a comer; aunque mantenía los buenos modales propios de su dios interno, su anatomía lo apremiaba a consumir grandes cantidades de comida. Zamas sólo probaba pequeñas porciones pero siempre comía muy poco, apenas para degustar los platos, ya que su cuerpo no necesitaba la ingesta de alimento. Zamas fusionado probó un poco de cada plato y le encantó cada uno; no sabía que su cuerpo podía disfrutar de la comida en esa medida. Debía asegurarse de recuperar su fuerza, después de todo, así que siguió comiendo.
Un largo rato había pasado. Black seguía ingiriendo todo lo que quedaba a su disposición, al nivel de cualquier saiyajin. La fusión, en tanto, sentía que podía sonrojarse de la vergüenza: había comido mucho más de lo que tenía pensado y todavía no estaba satisfecho. ¿Cómo era posible que un dios inmortal necesitara tanto de algo tan somero como el alimento? Sentía pena de tener que seguir sirviéndose de lo poco que quedaba y quizá comer una parte que Black quisiera. No había esperado que su actual estado de debilidad lo rebajara a niveles de necesidad tan humanos. Zamas notó su dubitación para servirse más comida a pesar de haber limpiado su plato.
—¿Quieres más? —preguntó Zamas, ladeando un poco la cabeza.
Zamas fusionado tardó unos segundos en contestar. No soportaba ceder a los instintos de su lado mortal, pero tampoco quería mentir por mera hipocresía.
—... Sí —contestó tímidamente.
—Pues sírvete —Black se inmiscuyó en la conversación, mientras bebía la última porción de sopa.
—No, no quiero comer tu parte.
Black levantó las cejas con interés mientras bebía el último sorbo del tazón.
—Zamas... digo, Black —se corrigió Zamas— siempre come más de lo que necesita. No pasará nada si te sirves una porción en vez de él.
—¡No! —espetó la fusión—. Dije que no sería una molestia para ustedes. Entrometerme en sus ritmos alimenticios sería todo lo contrario a lo que tengo planeado.
—No es una molestia —agregó Black, limpiándose la comisura de los labios con una servilleta—. Si no comes bien hoy, no sabremos cuánto cocinar la próxima vez para que quedes satisfecho. Eso sí sería un inconveniente a futuro.
La fusión sabía que el argumento de Black era válido, pero su orgullo no se dejaría ganar tan fácilmente.
—¿Quieres que cocine algo más? —ofreció Zamas.
—No, jamás te pediría algo así —respondió Zamas fusionado, algo molesto.
—Entonces come —dijo Black muy serio.
—No voy a comer nada que te corresponda a ti.
Zamas fusionado y Black se sostuvieron la mirada, ambos decididos a mantener su postura. Era innegable que la terquedad era parte de la esencia de todos los Zamas.
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Oportunidad contra el Destino
FanfictionZeno-sama destruye por completo la línea temporal de Trunks del Futuro pero Zamas fusionado se salva en el último instante, viajando hacia el pasado con la ayuda del Anillo del Tiempo. Incapaz de regenerarse y de volver a su época, busca a Zamas y B...