MONSTRUO

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Al escuchar esa frase tan característica, cientos de memorias y fragmentos difusos bombardearon mi mente y finalmente, el recuerdo completo llegó:

Los primeros días de terapia, el doctor Gredman me sometió a algunas pruebas en las cuales medirían mis respuestas negativas hacia el estrés y la frustración. Las pruebas no eran nada sencillas y yo no la pasaba nada bien, en un momento me recluyeron en una habitación mientras debatían cuál sería la siguiente prueba en la que me vería envuelto. Un pasante entró en la habitación y sin menor tacto intentó inyectar ansiolíticos en mi organismo… me sentí tan atacado que salte a los golpes, tomando la jeringa lo inyecte y comencé a golpearlo en repetidas ocasiones, el pasante solo pataleaba y varios enfermeros entraron a separarnos. Una vez lo lograron, el pasante se incorporó agitado y comenzó a gritarle a Gredman. Recuerdo perfectamente sus palabras hasta el día de hoy:

-Ese idiota que está ahí dentro es un maldito caso perdido… ese pequeño monstruo de ahí es una bomba de tiempo. El debería estar recluido con una camisa de fuerza ahora mismo. Si usted piensa que vale la pena, arriesgue su propia vida- me señaló firmemente a través de la ventana frente a mí -No quiero ver el desastre que vas a causar en algún punto… eres un puto caso perdido- salió hecho una furia del complejo, mientras el silencio gobernó en el lugar, solo se escuchaba nítido el sonido del reloj ubicado a mí izquierda, en la pared. El cual no avanzaba ni retrocedía, solo se escuchaba un: tic, tac, tic, tac. Dentro de un bucle en el cual me sentía.

Entre la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora