Sueño o presagio... esa es la cuestión

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Los cuartos se habían dividido de la siguiente manera, en una habitación dormirían Chad con Roxanne, en otra Kara con Niko, Riva dormiría sola, Geof, Luka y Spencer dormirían juntos mientras Laren tomaría la guardia del primer día, supuse que Jay y Asenath dormirían juntos así que acomodé mi habitación para Violett también. Aproximadamente una hora después entró en la habitación, sus ojos brillaban, cómo hacía mucho tiempo no lo hacían

-Hola, B- me dijo mientras aún secaba un poco su cabello
-Hola, Viot- comencé a preparar la cama -¿Lista para dormir?-
-Si, justamente venía a decirte que descanses. Dormiré con Asenath, Jay dormirá con los chicos-
-...Ohh- dije al cabo de unos segundos -claro jeje, bueno. Descansa, niña-
-Sabes que detesto que me digas niña- dijo sonrojada dándome un beso en la mejilla, yo la tomé por la cintura y le di un beso en los labios.
-Lo sé- respondí -A veces me gusta molestarte-
Ella me sonrió y me lanzó a la cama -Ya vete a dormir, troglodita. Nos vemos mañana, te quiero-

Me quedé sentado viendo cómo iba alejándose de mi habitación. Me acababa de decir te quiero. Hacia meses no lo escuchaba proveniente de ella… me levanté y tomé mi medicina, apagué la luz e intenté dormir.

Cuando todo se oscureció, me encontraba en medio de un bosque… era frío, el cielo estaba nublado, veía el bao salir de mi nariz y boca con cada respiración, una cabaña de madera se extendía detrás mío, por algún motivo ese sitio me parecía el más tranquilo del mundo, con un lago enorme frente a mi en perfecta calma.

Note que mi cuerpo no llevaba ropa abrigadora, una camiseta blanca con un pantalón de mezclilla. Comencé a mirar todo el panorama con cautela. Era relajante encontrarse ahí.

De pronto, un rayo luminoso salió del agua, obligándome a interponer mis brazos a semejante iluminación, cuando está se desvaneció, aprecié en primera plana cómo la misma mujer del sueño pasado, en sus ropas blancas salía del lago, caminando directamente hacia mí, sus ropas estaban secas en su totalidad.

Pasó a mi lado, a escasos milímetros de mi persona. Entrando a la cabaña, se detuvo en el pórtico haciendo una seña amable de que entrara, con reservas caminé hasta la puerta. Entrando, la estancia se veía de lo más acogedora. Un comedor de madera se extendía frente a mi, justo en vista a la ventana principal de la estancia, detrás del comedor se encontraba la cocina, de la cual apareció la mujer con una bandeja, 2 emparedados y jugo de naranja.

-Ven, toma asiento. Beast- dijo palpando la mesa, indicándome mi sitio
-¿Quién eres tú? ¿Por qué estoy aquí?- dije sentandome
-Soy algo y nada a la vez, pero no estoy aquí para hablar del vacío- dijo -Debes prepararte- me extendió el emparedado y un vaso de jugo
-¿Prepararme? ¿De qué hablas?-
-El tiempo está en nuestra contra- dijo señalando a la ventana. Una tempestad se acercaba con gran rapidez, los árboles se removían inquietos ante los vendabales que los azotaban. Los truenos y los rayos aparecían y resonaban por todo sitio. La cabaña se quedó en una penumbra escalofriante hasta los huesos, al mirar en mi plato, el emparedado estaba lleno de gusanos y el jugo mohoso. Salté de la mesa y mirando a la mujer pregunté:

-¿Qué demonios está pasando?- pero ella no se encontraba allí, gire mi vista hacia la ventana. El hombre de ropas negras y hacha había vuelto, ahora teniendo de rodillas a la mujer y mirándome fijamente. Salí corriendo a su encuentro

-¡Dejala!- grité -¡Suéltala ahora mismo!- la mujer me miró y dijo:
-Prepárate, solo tú puedes acabar con esto- cerrando los ojos, el hombre de ropas negras levantó el hacha, me miró una última vez, su rostro era penumbra entera, con el contraste de unos ojos color rojo brillante cuál electricidad.
-¡No!- grité
El hombre de ropas negras atizó con el hacha justo en dirección al cuello de la mujer.

Entre la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora