Salieron de la casa de Michael sobre las 10 de la noche y Luke se ofreció a acompañar a Alexis hasta su casa. No quería que le pasara nada malo.
- Bueno, cuéntame sobre ti. -Alexis empezó a caminar de espaldas para poder ver a Luke bajo la luz de algunas farolas y de la luna.
- ¿C-cómo qué? -maldijo en voz baja. Ya empezaba otra vez a tartamudear. Se ponía nervioso siempre que estaban a solas.
Alexis sonrió con ternura.
- No sé...
En realidad Alexis moría por preguntarle ciertas cosas, por ejemplo, ¿por qué siempre estaba solo durante los descansos? ¿qué anotaba en aquella libreta negra? ¿por qué vestía siempre de negro? ¿por qué era tan tímido? pero temía que la conversación se tornara incómoda para él.
- ¿Tienes hermanos? -preguntó.
- Dos, Ben y Jack.
- ¿Y se parecen a ti?
- Eso dicen. -se encogió de hombros.
- Deben ser muy guapos y apuestos, entonces. -asintió Alexis.
Luke tardó en reaccionar y al instante se sonrojó hasta las orejas y agradeció que fuera de noche, así ella no podría ver sus mejillas teñidas de rojo.
- ¿P-piensas que soy... guapo? -preguntó mirando al suelo, incapaz de mirarla a la cara.
- Bastante guapo. -dijo con sinceridad y a Luke le empezó a faltar aire en los pulmones.
Levantó la cabeza cuando se tranquilizó y vió que Alexis lo observaba detenidamente mientras seguía caminando hacía atrás. Volvió a sonrojarse.
- Es tan tierno cuando se sonroja. -susurró Alex, sorprendida de haberlo dicho en voz alta.
Luke necesitaba urgentemente una bombona de aire porque de un momento sus pulmones iban a dejar de funcionar con normalidad.
Ambos se sonrojaron ante la declaración y mantuvieron un silencio cómodo durante unos minutos, hasta que Alexis cayó de culo por haberse tropezado con un pequeño escalón que daba paso a la carretera.
Justo cuando una moto pasaba a toda velocidad muy cerca de la acera.
- ¡Alexis!
