- ¡Michael, no! -gritó Alex agarrándolo del brazo.
- ¡Te juro que le voy a arrancar la cabeza! -vociferó, lo hizo de tal manera que hasta sintió un ardor en la garganta al terminar la frase. Pero no podía ser comparado con la rabia y el odio que sentía correr por sus venas. Juró que lo iba a matar.
Alex se asustó.
- Michael, estas asustándola. -murmuro Luke, abrazándola. Él intentaba mantarner la calma en esta situación. Ya que Michael estaba completamente fuera de si.
- ¡Cómo puedes estar tan tranquilo! ¿¡Has visto como la ha dejado!? ¡Tiene golpes por todos lados! ¡No voy a permitir que siga respirando ese hijo de perra! -se pasó la mano derecha por la cara, bufando. Necesitaba descargar la ira de alguna manera y no encontraba una mejor solución que contra él estupido rostro de Joss.
- ¡Michael cálmate de una vez! ¡Al final van a salir mis padres por culpa de tus gritos! -dijo con el mismo tono que él, pero luego bajo un poco el volumen, aunque seguía gritando-: ¡Si tanto te preocupan las heridas de Alex, ¿qué haces que no la estás cuidando?!
Y Michael puso los pies en la tierra.
*⋆*❁
- ¿Estás cómoda? -preguntó por enésima vez.
- Sí, Michael. -rió la castaña, que apenas podía distinguirse entre las miles de almohadas que traía encima y a los costados de su cuerpo- Aunque tengo un poco de calor con tanto cojín. -volvió a reír.
Estaban en la habitación de Luke, los tres habían entrado por la puerta trasera y así tenían que ahorrarse pasar por delante de los padres de Luke. Este solo miraba a sus dos amigos sin articular palabra.
¿Por qué él no era capaz de acercarse y ser tan atento cómo lo era Michael?
- ¿Tienes sed? -preguntó.
- Michael acabo de beber.
- ¿Hambre?
- Acabas de darme tus galletas.
- ¿Estás cómoda?
Alex rodó los ojos.
- Vale, vale. -sonrió un poco- ¿Te duele alguna zona? -volvió a poner su cara de preocupación-: ¿Te aprietan las vendas?
- Michael estoy en perfecto estado, gracias, de verdad. -le acarició la mejilla al teñido y este, por primera vez en la noche, sonrió de verdad.
Luke sólo tenía ganas de llorar, incapaz de hacer nada.
*⋆*❁
La castaña gruñó, los malditos ronquidos de Michael no cesaban y ella sólo quería en estos momentos arrancarse las orejas.
Ella dormía -o intentaba dormir- en la cama de Luke, mientras que Michael y el rubio iban a dormir en un colchón viejo en el suelo. Liz lo tenía por si Luke se dignaba a traer a sus amigos algún día a dormir a casa.
Pero, ¿qué amigos?
- ¡Michael! -susurró Alex, intentando que este callara.
Intento fallido.
Se asomó mirando hacía abajo, pero sólo vio a su mejor amigo espatarrado de cualquier manera sobre el colchón, ocupándolo todo. Mientras tenia la camiseta medio subida dejan ver su estómago y baba caía de su boca. Alexis reprimió las ganas de reírse al no ver a Luke con él.
Se levantó con cuidado, y gimió por lo bajo cuando se puso de pie. Algunos músculos le dolían.
Michael roncó en respuesta y Alexis quería tirarle un cojín de tantos a la cara, y lo habría hecho, si no fuera porque escuchó un sollozo en el baño propio de Luke.
Alex saltó a Michael, intentando no despertarle. Miró la puerta del baño, cerrada, y escuchó otro sollozo.
- L-Luke... -susurró ella, abriendo lentamente la puerta. Encontrándose a Luke con lágrimas en sus mejillas mirándose al espejo.
El rubio, sobresaltado, dio un respingo.-: A-Alex. -habló con la voz entrecortada.
A ella se le rompió el corazón en millones de pedazos al verlo así de roto.
