Love song | ᵏⁿʲ ʲʲᵏ ᵐʸᵍ

chapter 2 ; young and innocent «Part 2»

―¿Se ve muy mal? ―preguntó Ari luego de vernos atentos hacia su rostro. 

Debido al golpe que sufrió en el rostro, casi se rompe la nariz. Jungkook era muy buen jugador por tirarla así de fuerte o pésimo por haber fallado y lanzarla directamente al rostro de nuestra amiga. Ahora ella tenía una venda en la nariz que se veía...

―Horrible ―dijo Jungkook. Sin poder evitarlo.

La mueca de Ari cambió a una de tristeza, aunque solo duró un poco, porque pronto se enojó. 

―¡Si te hubieras fijado por dónde lanzas, imbécil, yo tendría mi hermosa nariz intacta! 

La mueca de sobervia que tenía Jungkook cambió luego de ver eso. La enfermera de la escuela suspiró con pesadez, habían estado discutiendo todo el rato. Min Yoongi había corrido hacia ella para cargarla y llevarla a la enfermería, y desde que despertó de su desmayo, ella comenzó a discutir con nuestro amigo al enterarse que había sido el culpable. 

―Solo tómate unas cuantas de esta si duele mucho y te sentirás mejor, ven en unos diez días para ver cómo quedó, ¿vale? ―dijo el doctor. 

―Vale, gracias. 

―Gracias ―dije cuando ayudé a mi amiga bajar de la camilla. 

Los tres salimos de enfermería y caminamos hacia el pasillo, justo en donde Yoongi y Namjoon nos estaban esperando. Las mejillas de mi amiga no se colocaron de color carmesí de nuevo cuando nos acercamos a ellos, porque sencillamente seguía peleando con Jungkook acerca de su accidente. 

―¿Y cómo te sientes? ¿Te duele mucho? ―preguntó Yoongi llamando su atención. Estaba segura que por un segundo, ella estaba por recurrir a sus métodos poco otodoxos para responder, pero al notar que se trataba de su crush, las mejillas volvieron a su color carmesí. 

―No-sí, digo sí, duele como la mierda, pero me dieron pastillas para el dolor ―dijo ella. 

La mueca de Yoongi fue de culpa ―. Lo siento, debí haber reaccionado antes y detener el balón, la pelota iba hacia mí. Lo lamento.

Ari alzó la mano para restarle importancia ―. No te preocupes. Igual sé que Jungkook no es tan bueno, así que...

―¡Pero qué dices, pulgosa! 

Sabiendo cómo es que se iban a comenzar a comportar mis amigos, solo viré los ojos, cogí la mano de Ari y tiré de ella para que nos dirijamos a la salida y así poder ir a casa. Los chicos, confundidos por mi acción, me miraron atentos, mis mejillas se calentaron un poco, pero no me importó mucho. 

―Ya tenemos que irnos, tengo hambre ―expliqué ―. Además, tenemos tarea. Nos vemos mañana. 

―Vale, id con cuidado chicas ―sonrió Min Yoongi antes de dirigirse hacia mi amiga ―. ¿Almorzamos mañana? Para recompenzar el golpe. 

Tan solo escuchar eso, las mejillas de Ari se colocaron de un color rojo que jamás le había visto, incluso, creo que parte de su cuello también se puso de ese color. Escuché un chasquido de molestia por parte de Jungkook, de no ser porque le conocía, sabía que esa tos fingida solo fue para camuflajear su molestia. ¡Pero mirad qué celoso está! 

―S-sí, claro ―tartamudeó Ari a mi lado, mientras apretaba con más ímpetu mi brazo. Esa era mi señal. 

―Bueno, nos vemos mañana. Adiós, chicos ―me despedí con un movimiento en mi mano hacia los tres. Mis ojos se dirigieron hacia Namjoon por un momento, y él tenía la mirada fija en mí. Lo que me puso nerviosa. 

Ari comenzó a arrastrarme lejos de los chicos, sabía que estaba demasiado emocionada y avergonzada como para seguir frente al chico que le gustaba por más tiempo. No fue hasta que doblamos en la segunda cuadra, cuando soltó el chillido que tanto estaba esperando. 

―¡Me invitó a salir! 

―No, te invitó a almorzar. 

―Lo que es lo mismo porque no podemos ir a otro lado que no sea en la escuela, genio ―dijo ella con lógica y la verdad, es que no podía revatírsela ―. Además, pidió que fuera mañana mismo, aunque pudo esperarse al viernes para invitarme a salir. Lo que significa que quiere tiempo a solas conmigo cuanto antes. 

Sonreí ―. ¿De verdad estás coladita por Min Yoongi? 

Sus mejillas se tornaron rojizas otra vez. Ella iba a responder, pero pronto, pude ver cómo un brazo caía sobre sus hombros. El color del rostro de Ari desapareció nada más sentir que alguien la tocaba. Yo reí al ver la trancisión del miedo al enfado cuando se percató que era Jungkook. 

―¡Pero qué hijo de puta, que me habéis asustado, subnormal! 

Jungkook comenzó a reír, no, si este amaba molestar a la pobre de Ari. 

―Venga, no exageres tanto, Riri, tampoco es para tanto ―le restó importancia el chico, lo cual era gracioso, porque parecía que no conocía a Ari tanto. 

―Ya, lo que digas ―¿oh? ¿Acaso me había equivocado? ¿Woo Ari no había hecho un escándalo con Jungkook? Les miré preocupados ―. Pero qué pasa, tía, ¿por qué nos miras como si nos hubiera salido un cuarto ojo? 

Me acerqué a mi amiga para tocarle la frente ―. Hija, ¿no estás mal? ¿De verdad te sientes bien? Mira que podemos regresar a la enfermería. 

―¿De qué diablos hablas? ―preguntó ella confundida, manoteando para que mi mano deje de tocar su rostro. Mis ojos se abrieron como platos. 

―Que Jungkook te acaba de sacar la mierda con un susto y no solo eso, sino que te toqué el rostro con la mano y no chillaste con que debo tenerla limpiecita. ¿Estás bien? ¿El golpe de afectó? 

Mis palabras parecieron hacer meullo en la mente de mi amiga por un segundo, hasta que entendió por fin a qué me refería. Virando los ojos, comenzó a caminar de nuevo, con Jungkook y conmigo detrás de ella, cada uno colocados a ambos lados de su cuerpo, como si sintiéramos que fuera a desmayarse en cualquier momento o algo. 

Ari sonrió un poco, de manera tímida ―. Solo estoy pensando en que Min Yoongi me invitó al almuerzo mañana. 

Ahora todo tenía sentido para mí. Comencé a reír mientras abrazaba a mi amiga por el brazo, sabía que ese tipo de contacto físico no le molestaba para nada. 

―Nunca te había visto así de emocionada por alguien, Woo Ari. 

―Sí, sí, no hagas un big deal de esto, hija, que solo es un chaval.

―Ajá ―la molesté bromeando, pero pronto me di cuenta de que Jungkook no venía tan cerca de nosotras. Yo sabía porqué, pero no iba a exponerlo ―. Venga, Jungkookie, te invito a comer. Os invito a comer a mi casa hoy. 

La mueca de mi amigo volvió a la normalidad por un segundo, cuando me regaló una sonrisa cálida. Estos chavales, un día me sacarán canas verdes.