ADARA BECK.
— ¿Enserio te vas?—le pregunto a la pelirroja que está sentada sobre mi cama.
—Sí, Ada—responnde en un susurro—Las cosas con Kane van mejor. Aun me siento como una idiota.
La verdad es que ya me acostumbre a su compañía. Hilary es una de esas personas que te arreglan el día sin siquiera proponérselo, provoca ternura y empatía en todas las personas que la rodean. Ella es una persona valiosa.
—Te voy a extrañar—agarro su mano—Me voy a quedar solita.
—No seas dramática—habla con diversión—Vendré a visitarte seguido, además, si no te llaman de Olymp te iras a España.
Eso es cierto. Ya hable con el abuelo Hugo y ya está todo arreglado para mi posible entrada a la firma de arquitectos de la familia García, una de las más famosa de España.
—Si no me llaman hoy tomare el primer vuelo a Madrid—cierro los ojos dejándome caer en la cama con dramatismo—He dicho.
—Me encanta tu determinación—jala mi mano haciendo que quede sentada sobre colchón—Te agradezco por todo lo que has hecho por mi, Ada.
Sonrio aun con los ojos cerrados.
—En poco tiempo te convertiste en una persona valiosa para nosotros—la atraigo hacia mí para abrazarla—Eres increíble, Hilary.
—Tú también, Ada. Te quiero.
—No olvides invitarme a tu boda—bromeo.
—Dalo por hecho—me guiña un ojo—Deberíamos bajar, nos están esperando.
Nora hizo una fiesta para celebrar que la estadía de Hilary en esta casa llega a su fin. Cualquier motivo es bueno para hacer una fiesta en el jardín, si no fuera porque Livie es más aterrizada que Nora, mi abuela viviría de fiesta en fiesta.
—Tienes razón—me levanto de la cama.
Salgo de mi habitación no sin antes besar el poster del sexy Nathan Cooper. Vale, confieso que tengo un pequeño crush con ese chico. Si, sé que es menor que yo pero por un par de años. No me considero una Coper como Nora pero si me considero su fan.
—Eso no es sano—murmura Hilary que viene junto a mí.
Me encojo en hombros ignorando su comentario. Bajamos la escalera y las voces se escuchan cada vez más fuertes a medida de que avanzamos hacia el jardín. Globos, música, luces, comida, alcohol, a pesar de que no son ni las 3 de la tarde, y muchas cosas más decoran el jardín. Parece una foto sacada de pinterest.
—Así que tú eres el chico que hizo llorar a Larry—Nora entrecierra sus ojos hacia un muy guapo Kane que no se deja intimidar.
—Fue un mal entendido—aclara el rubio para después beber de su vaso de plástico—Pero si, fui yo.
Tengo que reconocer que a Kane no le faltan pelotas al momento de reconocer sus errores, muy pocos hombre hacen eso.
—Nora, ya déjalo en Paz—Kayden pasa un brazo alrededor de sus hombros—El chico no se va a dejar intimidar por ti.
— ¡Dios!—se queja a Amara—Dejen este juego de lado y centrémonos en lo importante, Hilary.
Todos nos giramos hacia la mencionada que se sonroja al ver que hay tantas miradas puestas en ella. Kane da un par de pasos para estar junto a ella y susurra algo en su oído que hace que se relaje.
Mi corazón se encoje y mi pecho se oprime. Debe ser lindo que la persona que quieres te presuma y te cuide tanto como lo hace Kane con Hilary.
La fiesta retoma su rumbo. Entre intentos de Casandra por bailar y risas escandalosas por la pareja más criticona que he conocido, Manu y Amara. Inconscientemente sonrió al ver esto, al ver mi realidad. Las cosas como son, todos aquí en esta fiesta somos unos niños grandes y para poder estar en esta familia tienes que estar loco, así de sencillo.
ESTÁS LEYENDO
LIMERENCIA.
RomanceSin editar. LEY UNIVERSAL: Dos personas que huyen de un mismo sentimiento, huyen en la misma dirección.