Capitulo 21

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ALEXANDER RICHTER.

Bebo de la botella de agua agitado por saltar la cuerda durante 5 minutos. No había puesto un pie en mi casa desde ya hace varios días. Estaba agotado tanto física como mentalmente, sé que exigirme de esa manera no es bueno para mi salud pero todo tenía que estar en regla, la maqueta, el informe, los bocetos, el presupuesto de los materiales, todo tenía que estar listo, no tendría paz de no ser así.

Voy a ser sincero, agradezco que Adara haya interrumpido mi desenfreno y me obligara a descansar, aunque los métodos que uso no fueron del todo honestos me ayudo demasiado, sentía que ya no podía más, mi cabeza estaba a punto de explotar y mis músculos estaban tensos, luchaba contra el sueño. Fue muy ingeniosa y temo que ya está aprendiendo a lidiar conmigo y viceversa.

— ¿Por qué no volviste a la reunión?

Maldigo a mis adentros ¿Por qué demonios se está quedando con nosotros? ¿No podría pagar un hotel?

—Tenía una cena programada. Me disculpo.

Se suponía que solo iríamos por un café y volvíamos a la oficina pero no fue así. Al llegar allí me sorprendí mucho al ver esa bonita casa de dos plantas con un balcón hermoso en el segundo piso y un jardín inmenso en donde se iba a hacer la cena, lo primero que pensé fue ¿En el exterior? Y lo segundo fue ¿Por qué tantas personas?

Nora, una señora muy alegre que me recibió con los brazos abiertos y sin filtro alguno me pregunto "¿Planeas tener hijos con mi nieta? Mira que algún día moriré y quiero conocer a mis bisnietos"  No sabía que responder, esa mujer supo cómo dejarme sin palabras, si no es por la interrupción de la pelirroja que se presentó como Hilary, habría salido corriendo.

Olivia, ella me asusta. Para nadie es un secreto que no le agrado en lo absoluto pero no duda en demostrarlo, solo cruzamos un par de palabras y eso me basto para temerle "Si lastimas a mi niña de alguna manera, si veo una lagrima recorre su mejilla por tu culpa, le juro, señor Alexander, que hare de su vida una miseria" Sin comentarios, es que no sé qué debería pensar al respecto.

Manu y Amara, una pareja en sintonía, graciosa, divertida y muy risueña, pueden pasar horas chismeando como unas cotorras y jamás se aburrirán. Hilary y Kane, ella es un poco tímida y produce ternura en cambio su novio y padre del bebe que están esperando, es un hombre egocéntrico, incluso un poco intimidante, juntos son como una bomba de dulzura y tensión. Y por último, Casandra y Kayden, los románticos empedernidos que conozco a la perfección.

—Una disculpa no basta, Alexander—me recrimina mi padre.

—Es una lástima porque no estoy dispuesto darte más que una disculpa, Gael—me encojo en hombros y continúo saltando la cuerda. Una indirecta muy directa que dice lárgate de una manera no tan brusca.

Pero él no se va de gimnasio. Se sienta en una de las bancas y me observa con detenimiento ¿Ahora que pretende? De seguro que me va a atacar psicológicamente, esos ataques son los peores, me hacen dudar y desenfocarme. Me preparo mentalmente para lo que se viene, intentará manipularme de nuevo y lo peor de todo es que yo dejo que juegue con mi mente.

Aunque no lo admita, siempre buscaré la aprobación del hombre que aportó en mi creación, siempre quise escuchar algo como "estoy orgulloso de ti" o por lo menos un "Buen trabajo" pero nunca escuche nada como eso, creo que se va a llevar esas palabras a la tumba.

— ¿Sabías que tu amada novia mantuvo una relación con Ian? —eso hace que me detenga.

¿Lo sabía? Por supuesto que lo sabía, desde que vi ese video en sus redes sociales lo supe y por esa razón decidí enredarla en este juego de relación falsa. Dos golpes fuertes de un solo tiro, Adara me escogió a mí por encima de él, cosa que aumenta su odio hacia mí, Adara siguió adelante mientras él se quedaba estancado, desestabilizándolo provocando que los Miller-Richter duden de su efectividad. En cuanto vi la expresión de su rostro al decir que ella era mi novia, supe que di en el blanco, ella es muy importante para él pero no conté con que de algún modo esa rubia irritante me atraería hacia ella como un jodido imán, no la puedo sacar de mi cabeza. Solo el hecho de recordar que Ian hablo tan sucio de ella e intento golpearla, hace que me invada un sentimiento de ira inexplicable, sobre pasa mis límites y es agobiante.

LIMERENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora