Capítulo 28

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ADARA BECK.

A veces se nos olvida que la vida es un ratito, que las personas no son eternas y que las oportunidades en cualquier momento se acabaran. No fue sencillo lidiar con mi propia paranoia y la de la familia Richter en toda su extensión, agradezco que Hugo nos haya obligado a tomar clases de primeros auxilios a todos los herederos García con énfasis en ataques cardiacos ya que Mónica, sufre del corazón.

Creo que lo que realmente le pesa a Alexander es saber que de algún modo, sino fuera por mí, que trate de controlar el preinfarto, su abuelo habría fallecido.

La buena noticia es que Christopher se está recuperando muy bien, incluso en unos días le dan salida del hospital. La mala noticia es que todos se han quedado en New York para buscar una solución a la problemática en la que nos han metido Gael y Joel.

Sabía que Olymp no estaba en su mejor momento pero nunca me llegué a imaginar que estaba al borde de la desaparición.

—Si gusta, envieme un fax o un correo electrónico con la lista que me acaba de mencionar—sobo el puente de mi nariz implorando paciencia. Esta señora me ha repetido lo mismo un par de veces.

—Pero si ya te lo dije.

—Señora, le expliqué que el paso a seguir es hablar con los arquitectos encargados para ver si aprueban su proyecto y una lista ayudaría en su veredicto final.

Alice, la prometida de Gabriel entra en mi oficina con una taza de té en las manos, sonriéndome. Ella me agrada, es amable y dulce. En los pocos días que hemos trabajado juntas me he dado cuenta de que Gabriel es un príncipe con ella, la consiente y siempre quiere que este junto a ella. Dicen que todas las personas tienen un punto débil, el mío es mi familia y el de Gabriel Richter, es Alice, literalmente se transforma en otra persona cuando ella está a su alrededor.

— ¿Lo aceptaran?

—Señora, si me envía un fax con lo anteriormente mencionado lo consideraremos. Por lo pronto, que tenga un buen día—y con eso cuelgo la llamada.

Al ser la asistente de Alexander tengo que soportar este tipo de llamadas. Son muy pocas las veces que me topo con personas tan intensas como la señora con la que hablaba hace un momento. Los clientes con los que he tenido he placer de hablar han sido comprensivos y pacientes y sobre todo, antes de acosarme por el proyecto, me envían un fax con todo lo que es requerido.

— ¿Le acabas de colgar a un cliente? —pregunta la castaña.

—Tiene que agradecer que no traspase el teléfono para ahorcarla—suelto con frustración—Necesito un trago.

—Yo igual pero solo tenemos té.

Le sonrío, es muy simpática y hermosa, muy hermosa.

— ¿Ya tiene fecha para la boda? —le pregunto mientras le doy un sorbo al té de manzanilla. Estoy de incognito, infiltrada o como quieran llamarlo, necesito información.

—Para finales de Septiembre o a principios de Octubre ¿Y ustedes?

Escupo el té. Aún me sorprenden mis reacciones respecto al tema de mi compromiso con el director de Olymp en New York. Sí, sé que todo esto es falso pero un compromiso, una boda y "Una vida juntos" es otro nivel.

—Lo siento—limpio mis labios con una servilleta—Hace unos días nos comprometimos, no creo que este año nos declaren marido y mujer.

Mi estómago se revuelve. Para mi familia la unión en matrimonio es sagrada y solo se debes unir tu vida con la persona indicada. A decepcionar a mi familia se ha dicho.

La noticia de nuestro compromiso invadió las redes el mismo día que el abuelo Richter sufrió el ataque al corazón, como en todas las relaciones públicas hay opiniones dividas y la verdad solo me importa la de mi familia, me da igual la opinión de la suya, excepto la de Rose y Christopher. Como era de esperarse, Nora, está feliz por la noticia pero en cambio Olivia trata de hacer que reflexione respecto a mi decisión y lo gracioso es que se pone de ejemplo, su matrimonio con el tío Carson fue apresurado y terminó mal, muy mal.

LIMERENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora