Capitulo 22

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ADARA BECK.

Segundo paso: Fiesta de compromiso abierto a los medios.

No sé cuál es la necesidad de mi mejor amiga de presumir al perfecto novio que tiene o lo lujosa que es su fiesta de compromiso ¡Zeus! Hay niveles de extravagancia pero esto, sobrepasa cualquier limite, candelabros de cristal, mesas de cristal, copas de cristal, en resumen, absolutamente todo está hecho de cristal y a eso sumemosle que la fiesta se hará en el mejor salón de eventos que he conocido en mi vida, es precioso, columnas tipo griegas, techos altos, ventanales extensos, un hermoso jardín abierto, un anexo y una maldita fuente. La palabra sencillo no cabe en este evento.

Estamos a escasas horas de presenciar el compromiso de estas dos personitas que amo con toda el alma. Los meseros corren de un lado a otro, los músicos afinan sus costosos instrumentos y me arrepiento de haberme ofrecido como voluntaria, la organizadora de eventos me ha gritado en todo el maldito día y yo solo quiero ahorcarle.

—No puedo más —me dejo caer en el sofá del anexo que han destinado para que la novia se arregle y de paso nosotras que parecemos dos vagabundos en comparación de Casandra—Voy a asesinar a esa vieja víbora ¡Me dijo rubia descerebrada!

—Eso es un estereotipo—comenta Amara dese la cocina. Hace media hora la envíe a arreglarse, se ha dedicado a degustar los aperitivos— Las películas nos han demostrado que las rubias no tiene ni una pizca de inteligencia y no se alejan de la verdad.

—Agradece que no tengo nada al alcance, Amara—me limito a mostrarle en dedo del medio.

—Estoy nerviosa ¡Estoy nerviosa! ¡¡ESTOY NERVIOSA!!

Casandra hace acto de presencia y antes que nada busca servilletas en los estantes de la improvisada cocina y limpia sus axilas, parece una fuente de transpiración

—Ada, imagínate como estará el día dela boda, ahora está padeciendo de un colapso nervioso y ese día, estoy segura de que sufrirá de un paro cardiaco—se bura la castaña.

Casie golpea su brazo con fuerza diciéndole un sinfín de palabras ofensivas y yo solo puedo reír. Si yo, Adara Beck, estoy nerviosa, no quiero ni imaginarme como es que se siente mi querida amiga.

—Cálmate mujer—la sacude el maquillista y ella hace un sonido súper gracioso—Y ustedes... ¿Por qué... DEMONIOS NO ESTÁN LISTAS?

Yo sonrió como un angelito y Amara se da a la fuga. Lo último que se escucha es como la puerta de la habitación en donde se encuentran nuestros vestidos se cierra de un portazo. Miro la hora y me levanto de golpe del sofá sin importarme que mi tobillo duela, porque si, aun duele y no porque me haya caído en mi casa, tuve otro accidente. A lo que vamos ¡En un puñetera hora empieza el evento! Abro la puerta de la habitación y la castaña suelta un chillido cubriéndose sus tetas casi cayendo de culo en la cama. Agarro mi vestido e igual que ella me desnudo, ya nos hemos visto de esta manera, la vergüenza no cabe en nuestra amistad. Hoy, lamentablemente, el foco de atención no soy yo así que no puedo opacar a Casandra con una de mis tantos vestidos. Escogí algo sencillo, un vestido en satín de color azul, con la espalda descubierto y un escote bastante pronunciado y largo, ni siquiera se ven mis pies, no es tan dramático como me gustaría pero es bonito.

(Momento de apreciación del vestido de Ada💮)

(Momento de apreciación del vestido de Ada💮)

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