Capitulo 9

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ADARA BECK.

¿Hay algo mejor que estar en tu habitación escuchando música a todo volumen mientras diseñas una casa de campo en tu Tablet? Para mi esa es la definición de domingo perfecto, mi último domingo en paz antes de entrar a trabajar en Olymp.

Detallo cada columna, cada viga, cada soporte, cada pared. Para algunas personas es tedioso dibujar hasta el más minúsculo detalle pero para mí es distinto; me ayuda a relajar y a olvidarme del resto del mundo.

La música se detiene en el momento en que entra una llamada pero en seguida lo silencio y la música vuele a inundar mis oídos. Las personas que me conocen saben que el domingo es sagrado, es día de auto-comprensión, auto-liberación y auto-reflexión así que no creo que sea alguien de mi círculo social.

El celular suena 5 veces más antes de que me harte y conteste de una manera poco amable.

—'Joder'¿Quién habla y que quiere?—me levanto de la silla estirándome un poco.

— ¡Eres una perra Adara. Primero mi hermano y ahora mi novio, es que no tiene vergüenza alguna. Eres una arrastrada hija de puta, grandísima zorra...!—alejo un poco el móvil de mi oído aturdida por tantos insultos hacia mí.

Miro el indicativo de la llamada y frunzo el celo al ver el nombre reflejado en la pantalla: Gianna Miller. Siempre he sabido que esa mujer me odia desde que descubrió que estaba saliendo con su hermano pero nunca creí que llegara hasta este punto.

¿De qué demonios está hablando?

'¡Metete tus palabras por el culo y no me jodas, cabrona de mierda!'—y con eso, cuelgo la llamada.

Paso mi mano por mi cabello y arrojo el celular contra el escritorio. Las palabras de Gianna retumban por mi cabeza una y mil veces "primero mi hermano y ahora mi novio" Ni siquiera lo conozco como para que me llame y me trate de rompe-hogares. Conozco a su ex-novio, Alexander... Oh ¿De eso se trata todo este alboroto? ¿Se comporta de esta manera porque trabajare para su "novio"? Esto es otro nivel de toxicidad.

Se me quitaron las ganas de seguir dibujando, es mejor que vaya al gimnasio para liberar todo este estrés contra un saco de boxeo y no con el rostro de Gianna Miller. Guardo el dibujo en una carpeta que llame "mis proyectos" porque si, sueño con tener mi propia firma.

Alisto mi mochila con agua, ligas para el cabello, toallas y un par de cosas más. Rio de mi vestimenta, sé que si mi abuela me viera de esta manera le daría un infarto. Llevo un conjunto deportivo negro, un minúsculo top y un short que llega hasta la mitad de mi muslo y un poco más arriba de mi ombligo asumiendo una figura que no tengo.

Mi celular vuelve a sonar y me sorprende que aun este con vida después del golpe que le di. Esta vez no seré tan amable como hace unos segundos.

—Te puedes ir a la mierda Gianna...

—No soy Gianna—me interrumpe una voz femenina—Soy Lila.

Joder, joder y joder.

Retengo el aire que está en mis pulmones sintiendo como mi rostro se calienta y suelto una maldición silenciosa ¡Dios! Qué vergüenza.

—Lo siento, Lila. No ha sido mi mejor día—sobo el puente de mi nariz— ¿Para qué soy buena?

—El señor Richter me pido que te contactara—dejo de sobar mi nariz y abro la boca con incredulidad—Eva no está bien.

— ¿A qué te refieres con eso?—estiro mi mano y cuelgo mi mochila en mi hombro dispuesta a salir hacia mi entrenamiento diario.

—En resumen, colapso, empezó a gritar para después hiperventilar—Ahora entiendo. No puedo evitar preocuparme por la niña que no conozco en lo absoluto—Cuando se calmó pidió verte.

LIMERENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora