INDEFINIDO

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CAPITULO 10

-Jin siéntate- no tiene mis boletas de las calificaciones así que aún no me ha descubierto, seguramente descubrió que yo descompuse la lavadora la semana pasada.

Tendré que decirle adiós a mis productos de la rutina de skin care para poder pagar la reparación.

-¿Estoy castigada?

-¿Porqué debería castigarte? - por un montón de cosas y cada una peor que la anterior.

-No lo sé... tú dime- mejor ser sigilosa para no autodelatarme con mi progenitora.

Pero no me decía nada, solo me estudiaba con la mirada.

-Amor nos mudaremos a México.

Debo de estar en una pesadilla o no me he limpiado las orejas muy bien porque escuché que nos mudaremos al otro lado del mundo.

-¿Ya eres comediante?- por favor que mi madre haya decidido cambiar de profesión tan repentinamente.

-Hablo encerio Jin, tengo trabajo allá- pues que renuncie y así podemos seguir viviendo aquí en Japón.

Aunque no sería la primera vez donde solo va un par de días a otro país por trabajo y después regresa conmigo, espero que esta vez sea igual.

-Pues anda ve yo aquí te espero- la animé -prometo limpiar la casa a diario.

-No es un fin de semana hija, es por tiempo indefinido.

Esto es suficiente para mi, por lo general soy un ser de luz que trata de controlar la ira, pero hoy no, no voy a permitir que mi madre, la mujer que me dio la vida y la persona que más amo me vaya a hacer estar en una relación a distancia.

-¡Apenas si hablo Japonés y ya me quieres hacer a prender otro idioma!

-Jin camalte y siéntate- ella utilizó ese tono de voz calmado y autoritario que por lo general funciona para tranquilizarme y ponerme limites sanos.

-No quiero, a mi me gusta vivir aquí.

-No te estoy pidiendo permiso, has las maletas y deja de lloriquear- ya sé a quien saqué mi mal carácter -Tienes una semana para despedirte.

Lo lógico es pensar que en mi vida pasada hice algo muy malo y ahora me toca pagar mi karma en esta, porque no es normal que apenas me reconcilio con mi novio cuando voy a tener que dejarlo otra vez.

-¿Por qué me dijiste hasta ahora?- una semana no es nada, no me da tiempo para hacer todas las cosas que me gustan y mucho menos para aprender otra lengua.

-Porque te conozco y sabía que harías un berrinche de este tamaño- me voy a poner en modo puberta caprichosa con tal de que no me saquen del país.

-¿Y tú no harías lo mismo?- le grité mientras caminaba hacia la puerta con mis llaves de la moto en la mano.

-¿A Dónde vas?

-¡CON SOUTH!

Una pequeña mentira blanca, mi mamá me deja estar todo el tiempo que quiera con él sin importar la hora porque las dos sabemos que es inofensivo, al menos conmigo lo es.

Subí a mi motocicleta y conduje directo a la casa de mi novio, aparqué a un lado de la suya y caminé a la ventana de su cuarto cual acosadora.

Lo busqué en la oscuridad y lo vi dormido debajo de sus mantas, le di un par de golpecitos al vidrio con mi dedo hasta que lo vi pararse de su cama y acercarse a donde yo estaba.

Me dio algo de pena despertarlo y traerle todo esa carga emocional que llevo encima.

-¿Jin?

-Hola- traté de sonreír pero no pude -¿podemos hablar?

Quiero desahogarme con alguien y pasar todo el tiempo que pueda con él porque para mi, indefinido suena a mucho tiempo.

-Ve a la puerta de enfrente- me contestó inmediatamente, sin pedirme explicación o decirme que lo hablemos mañana.

Asentí y fui a la entrada, Mitsuya no tardó mucho en abrirme y cuando lo hizo lo único que quería hacer era llorarle y que me consolara, que dijera todo estará bien y que no importa que pasara, lo haríamos funcionar

-¿Estás bien amor?- día uno de relación y ya logré preocupar a mi novio, este debe ser un nuevo recod a nivel mundial.

-No- me abalancé sobre él y oculté mi cara en su pecho y me puse a llorar, sus brazos me rodearon y me pegó aún más a su cuerpo, apagando mis pequeños sollozos infantiles.

No solo estoy triste por dejarlo, también porque dejaré a mis amigos, la escuela y me mudaré a un lugar del que no sé nada, ni si quiera una maldita palabra en su idioma.

-Entra- sin hacer ruido me metió en la casa y después a su cuarto, haciéndome una seña para que me callara porque sus hermanitas estaban dormidas, cruzamos la cortina y me hizo espacio en su cama.

Ambos nos acostamos y seguí llorando hasta que me cansé y ya no tuve más lagrimas que derramar.

-¿Por qué lloras linda?-sus gruesos y rasposos dedos quitaban los mechones que tenía en mi cara y acariciaba mi mejilla con dulzura.

-Me voy a mudar Takashi- traté de limpiar las lágrimas y el maquillaje corrido, pero Mitsuya se encargó de hacerlo con una caja de pañuelos que tenía al lado de su cama.

-No es tan grave, puedo ir a visitarte en otro distrito- creo que no me está entendiendo.

-Pero de país- agregué de forma abrupta y él se sentó en la cama sin dejar de verme e intentado entender lo que le había dicho.

-¿Qué? ¿Por cuánto tiempo?

-Indefinido, eso me dijo mi mamá...- ¡Oh no! otra vez estoy llorando, pero que sorpresa - Y me voy en una semana, te juro que no sabía esto no es una mentira cómo la de aquella vez.

No quiero que piense que le volví a mentir justo cuando acabamos de reconciliarnos e iniciar una bonita relación.

-Jin cálmate te creo- estaba igual de triste que yo pero lo manejaba mejor y en lugar de ponerse a llorar me abrazó y hacía cariñitos en el cabello. -Haremos que funcione, ya lo veras incluso con todo y la diferencia horaria podremos seguir siendo novios.

A quien engañamos con eso, hay que ser honestos y aceptar que no vamos a funcionar a la distancia somos uno mocosos de diez y seis años que no saben limpiarse los mocos solos.

Él es guapo y gentil puede conseguirse una chica cien veces mejor que yo, que esté para su cumpleaños, en la cena de navidad, que le cure las heridas despues de una pelea, básicamente que viva en el mismo país y no coordinando horarios con su loca novia que vive en otro continente e intentando sobrevivir el día a día.

No sé lo diré ni a él, ni a nadie pero no se merece que me espere por un tiempo indefinido y quitándole una de sus mejores etapas por una chica que puede regresar en una año o más.

Voy a llevar mi relación al límite y soltarlo cuando mi avión despegue alejándome de él.

Pero mientras tanto voy a disfrutar estar así con él, disfrutando de su aroma y el calor que conozco mejor que nadie.

BoyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora