Boyfriend

PERVERTIDOS

CAPITULO 16

No había visto a mi lindo novio en días porque estaba terminando sus diseños para el concurso, lo que provocaba mi mal humor y que el pobre de South tuviera que cargar con el.

Pero Mitsuya me hizo un espacio en su apretada agenda para poder vernos, lo que no esperaba era verlo con pinta de pandroso y con crecimiento de vello facial de días. Cuando me besó reí porque me picaba en la barbilla.

-Oye te ves cansado ¿Por qué mejor no duermes un rato y yo me encargo de limpiar el departamento?- no solo era la estética de Takashi la que estaba descuidada, también sus diez metros cuadrados lo estaban.

-No, quédate en la cama conmigo- me abrazó de cucharita para que no me levantara, pero enserió necesitaba limpiar el lugar.

-Taka, descansa ¿Si? Duerme un poco y para cuando despiertes ya te tendré algo de comida desente y no la basura que comes últimamente.

-Que mala- enterró su cara en mi cuello, dándome algunos besitos que ya sabía a donde nos llevaría -Puedo comerte a ti.

-¡TAKASHI!- Sentía mi cara roja de la vergüenza por el reciente alago. A simple vista parece solo un novio atento y romántico, pero también es muy hormonal y celoso.

-¿Qué? No te he visto en una semana, todo mi cuerpo te extraña- su mano se estaba metiendo debajo de mi blusa, lo detuve antes de me las pellizcara porque si lo hacía ya no abría marcha atrás.

-Yo también, pero no quiero ir al hospital porque sufres de anemia, prometo que pasaré la noche contigo, pero déjame cuidarte.

Escuché su suspiro profundo y su agarre se aflojó, permitiéndome darme la vuelta y darle un beso en la mejilla.

Quitó el cabello que caía en mi cara, mirándome con esos ojos de cachorrito con sueño y sonriéndome dulcemente.

-Mudate aquí Jin, tengo cajones extra en mi closet para tu ropa.

No sabía si lo decía enserió o solo era su calentura hablando por él.

-Taka- le dije tranquilamente y sobando su mejilla -Llevamos dos meses saliendo, mudarnos juntos es un tema serio.

Antes de que me fuera de Japón hablamos de mudarnos juntos apenas cumpliera la mayoría de edad, pero eramos unos niños y ahora que vivo con South sé lo difícil que es mantener a flote una casa.

Mi economía se basa en la renta de mi antigua casa, el seguro de vida de mi papá y lo poco que gano con mis trabajos de modelo. Saco lo suficiente para terminar el mes y darme dos o tres gustos, pero mudarme aquí es mucha responsabilidad y no hablo solo sobre lo económico.

-Lo sé florecita, pero si gano el concurso te voy a ver todavía menos... piénsalo y cuando tengas una respuesta clara me dices, amor.

-Lo pensaré, Taka.

-Te tengo un regalo, los hice en mi tiempo libre, abre el primer cajón de la derecha- me señaló el mueble frente a la cama.

Fui a él y lo abrí, había al menos diez conjuntos de lencería, había medias, ligeros, brasier tipo corsé, los revisé uno a uno y todas las bragas eran tangas hechas a mi medida. Todas tenían un pedazo por dentro con sus iniciales considas a mano a forma de etiqueta.