Capitulo 3

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La luz de de la luna entraba por la habitación y el silencio de la noche era lo único que se podía oír. Saber que tenía a Franco tan cerca contribuía a su ansiedad, no había querido saber detalles de su vida en los últimos años, porque en el fondo sabía que si el había seguido con su vida o si había encontrado el amor nuevamente, iba a quebrarla.

Había decidido hace unos minutos que hasta que su cabeza no se encontrará en orden, dormír no sería una opción. Se acercó por tercera vez a la cuna de Andrés y no pudo evitar pensar en como él había cambiado su vida, desde que supo de su existencia todas sus decisiones se tomaba en base a su bienestar y eso era algo que había aprendido siendo madre.

( Flashback)

En la cabeza de Sarita solo existían dos palabras.

" Está embarazada"  

Estaba feliz, estaba asustada, estaba nerviosa, tenía cientos de emociones en ese momento, comenzó a llorar de solo pensar en todo lo que había sucedido hace unas horas, el peligro al que se había expuesto ella y su bebé. El doctor la había emboscado con muchas preguntas de las cuales solo pudo contestar algunas.

Claramente no tenía idea de que estaba esperando un bebé, con Franco no habían usado protección en ningún momento pero no pensó en que sería posible que sucedería.

Franco

Ya podía imaginar su rostro al saberlo , él siempre imaginaba o creaba escenarios en los que ambos tenían una familia y le decía lo mucho que lo deseaba, un niño que sería parte de ella y parte del amor de su vida.

Escucho unos toques en su puerta que la sacaron de sus pensamientos.

- Adelante...

En ese momento deseo que se tratará de Franco pero no fue así.

( Fin de Flashback)

.....

Ese día tan feliz y tan amargo a la vez fue el causante de tantos cambios en su vida a los que no estaba lista y aunque le había dolido cada parte del proceso.

Andrés le devolvió cada lágrima por una sonrisa cuando nació.
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Franco volvía de la oficina ya pasada la noche, su jornada se había extendido debido a unos detalles que debía arreglar en cuanto a algunos socios, Quintina le había prometido su cena preferida en cuanto llegará y debía admitir que había pensado en eso todo el día, consideraba a esa mujer un regalo y su comida eso era algo aparte. Habían pasado algunas semanas desde que había visto a Sara y para ser sincero consideraba que mientras menos interactuaran era mucho mejor, no sabía decir si algún día podrían ser amigos pero si debía llevarse bien, ya que gracias a sus hermanos se verían durante toda sus vidas.

Tuvo que frenar un poco ya que a la velocidad que se encontraba, ya que en medio de la carretera había un auto al parecer accidentado

- Buenas Noches- Saludo pasando por un lado.

- Buenas noches Don Franco- La voz de Olegario se hizo escuchar.

- Veo que la está pasando un poco mal- El hombre estaba con una linterna tratando de averiguar qué había pasado con su camioneta.

- Se quedó varada aquí, llevo casi una hora y nada que enciende- Franco miró la hora y realmente le sería difícil encontrar un mecánico.

Se ofreció inmediatamente a llevarlo y este aunque dudo un poco termino aceptando ya que no le quedaba de otra.

- ¿Que tal todo Olegario?- La Hacienda Elizondo no estaba muy lejos así que conversar lo haría mucho más rápido.

- Bien, usted sabe cómo es todo- El consideraba a Olegario un buen hombre, Sarita siempre lo había nombrado como su mano derecha y él puesto le quedaba a la perfección- Cada día hay más trabajo y eso es lo importante.

Siempre seras tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora