Capitulo 8

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Sintió que apenas pudo llegar a la Hacienda sin terminar empapada, la tarde le había pasado casi volando y sin contar el tiempo. Rafael se había portado muy bien, asesorando con aquel amigo, inmediatamente lo había contratado así solo esperaría alguna respuesta de su parte, él prometía no tardar tanto.

Pero ella estaba tranquila, sabía que conseguiría algo, Fernando mantenía siempre relaciones con muchas personas ya fueran personales o de negocios, así que algo cabo suelto podría existir del cual comenzar su cometido.

De regresó debía recojer a Andrés pero apenas piso la Hacienda Reyes, la lluvia comenzó, se bajó lo más rápido que pudo y llegó a la puerta, encontrando a Eva con un paraguas esperándola.

- Sarita, no debió mojarse- La mujer la ayudo un poco a cercarse.

- No se alarme Eva, apenas fueron unas gotas- Algunas había caído sobre su cabello y su blusa humedeciendolos- De no haberlo hecho tendría que esperar en el auto a qué parase- Ambas miraron hacia las nubes, la lluvia comenzaba a ser más fuerte.

- Vayamos adentro- Ambas continuaron si caminó, llegando a la sala.

- ¿Dónde están Franco y Andrés?- Al no verlos en el interior, los busco con la mirada a su alrededor.

- Están en la habitación de Don Franco , llevan un buen rato ahí, de no ser por su llegada, habría subido a buscarlos.

- ¿No dió problemas él día de hoy? - Eva negó con su cabeza.

- Para nada, ese niño es un encanto, muy parecido a usted de pequeña- Por un momento temió que les hubiera dado mucha guerra- Aunque estos días, he podido encontrar a Franco en él.

- Yo lo hago desde el primer día- Se sincero- Andrés tiene muchas cosas de Franco, sus expresiones, su carácter, su sonrisa, puedo decir que duermen de la misma manera- Eva la escucho con atención.

- Él ha hecho muy feliz a Franco, eso no se puede negar, hoy fue a la oficina a resolver algo y no tardó casi nada solo por seguir disfrutando al niño.

- Hablando de ellos- Miró a la escalera- Creo que ire a verlos.

Eva sólo le asintió y ella fue arriba.

Mientras avanzaba desde el pasillo podría oír como Franco pronunciaba algo que no distinguió sino luego de estar más cerca.Ambos estaban sobre la cama con muchas cosas alrededor pero lo importante estaba en sus manos, Andrés tenía una especie de piano de juguete que emitía algunos sonidos mientras que Franco... él tenía su guitarra.

Había pasado mucho desde la última vez que lo habia visto tocar, no era un experto pero sabía que le gustaba mucho la música y al parecer su hijo iba por el mismo camino, ya que estaba muy animado con el su piano , se mantuvo en la observando aquella escena.

- Te toca- Él le hablaba a Andrés que sin saber a qué se refería golpeaba su juguete haciendo salir él sonido.

Él luego lo acompañaba tocando su guitarra, haciéndolo escuchar algunos acordes, parecían tener una clase de lección.

- Me gusta, me gusta- Le señaló una de las teclas indicando que seguía esa- Toca está- Andrés balbuceaba.

Estaba feliz de ver aquello, era lo que siempre había querido y poder ver qué estaba sucediendo la emocionaba mucho.

- Ahora cambiemos- Él tomó el pequeño piano y coloco la guitarra en las piernas de Andrés, haciéndolo ver más pequeño de lo que era debido al tamaño.

Tuvo que contener una risa al ver a Franco jugar con el piano pero en cambio Andrés solo rozaba con sus pequeñas manos el instrumento, fascinado por el sonido que emitían.

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