Capitulo 4

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(Inicio de Flashback)

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A primera hora, Sara se encontraba en la pequeña Hacienda que tenía la Familia Elizondo en aquel pueblo, era un viaje pequeño, tenían unos compradores interesados en comprar aquellas tierras y para demostrarle a Gabriela que era lo suficientemente capaz de manejar este negocio, había estado insistiendo toda la semana en ir ella misma, y estaba orgullosa de que los Martínez, habían terminado muy contentos y al día siguiente la llamarían para informar su respuesta.

Estaba a punto de irse a dormir cuando escucho que un auto llegaba a sus afueras, se acercó a mirar desde la ventana y cuando reconoció a la persona que acaba de aparecer, no pudo evitar salir.

- Me puedes explicar que haces aquí- Fernando se paró frente a ella con una sonrisa en su rostro-

- Pues por si no sabías, tu mamá me pidió venir a cerrar el trato- Y no le sorprendió para nada, todo lo que había logrado hoy era un desperdicio- No confía en que logres convencer a los Martínez.

- Ese negocio es mío, así que no tienes derecho a meterte- Estaba muy enojada con su madre, Siempre siguiendo las órdenes del idiota que tenía en frente- Te sugiero que te vayas justo por dónde llegaste, no te necesito aquí.

- Yo no iré a ningún lado- Fernando se acercó a Sara- Y más te vale no interferir Sarita por qué a Gabriela no le va a gustar está actitud tan altanera que tienes siempre- El iba a tocar un mechón de su cabello pero el se lo impidió alejándose- No creo que a tu querido Franco le gusten las mujeres prepotentes.

- No te atrevas a tocarme- Estaba muy enfadada tanto con él como con su madre- Y te voy a agradecer no nombrar a Franco, su nombre saliendo de tu boca te queda bastante grande- Este soltó una pequeña risa.

- Todo él mundo sabe que los Reyes son unos oportunistas- Se hecho hacia atrás- Pero claro tu y tus hermanas aún no se quitan la venda.

- Una cosa te voy a decir Fernando- Lo miro fijamente- No te quiero metiéndote en mis asuntos y ya que mi mamá no va a darme la razón- Trato de respirar con calma para no alterarse- Si vas a quedarte, mantente alejado de mí.

- No veo ningún problema en que ambos convivamos de forma pacífica hasta mañana- Le dió una sonrisa la cuál le provoca quitar sus dientes de un puñetazo- Prometo no darte problemas Sarita- Estiró su mano para estrecharla, pero fue completamente ignorado.

Sarita no sé molestó en darle una respuesta solo siguió adentro y se encerró en una de las habitaciones.

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Un ruido la despertó, por unos segundos pensó en ignorarlo pero cuando escucho algo caer al suelo, sus sentidos se alarmaron completamente y mucho más cuando se dió cuenta que se trataba de una persona. Tomó su bata y cuidadosa mente se levantó a inspeccionar, estaba segura que se trataba de Fernando, así que salió pero no llego a dar ni diez pasos cuando sintió el frío de un arma apuntando en la parte de atrás de su cabeza.

- Por un momento pensé que no iba a encontrarte- La voz de Armando la hizo temblar.

-Espere un momento, podemos hablar- Sentía un escalofrío por todo su cuerpo- No sabe lo que está haciendo- Y su corazón latía cada vez más rápido.

- Cállate!!! - Había escuchado de Franco miles de cosas de ese hombre y sabía que en cuestión de minutos podría matarla sin ningún tipo de remordimiento- Y no te muevas- La empujó al centro de la sala.

La hizo sentarse en un mueble quedando completamente inmóvil frente a él, estaba asustada no lo iba a negar pero en su mente solo pasaba Franco, él lo odiaba y era capaz de cualquier cosa.

Siempre seras tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora