Capítulo 5. Rumbo a la verdad

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CONAN

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CONAN

El océano parece quedarse tranquilo por unos momentos cuando Medras y Binu caen a las oscuras aguas, nadie se mueve, aún estamos con la ropa empapada y el cabello pegado a nuestras caras, mi mano sigue sosteniendo a la de Desmond, la lluvia parece caer menos fuerte y como si millones de rayos estuvieran saliendo del agua o siendo disparados de el, el océano completo se ilumina haciendo que el agua se vuelva cristalina y haciendo que nuestros ojos contemplen las profundidades. Nos acercamos corriendo y chocando bruscamente con la orilla, asomándonos un poco para ver hacia abajo.

—¡Allá están! —Félix señala a la derecha—. Binu va hacia Medras.

Y así, a lo lejos solo podemos observar lo que pasa, Medras se ha desmayado por lo que se ve, pues no se mueve, apenas unas burbujas salen de su nariz señalando que aún respira, sigue hundiéndose más y más, su cabello morado resplandece bajo esa luz mortal. Binu va tras él moviéndose como si fuera una sirena, ilógico ya que ella las odia, pero hace el mejor intento para moverse, para nadar hasta él.

—Tengo que ir —Desmond se aleja y veo como intenta lanzarse—. No puedo dejar que Medras muera así...

—No morirá —Luca lo toma del brazo y lo baja de la orilla—. Y no dejaré que nadie más se lance del barco.

Una ola más nos golpea, la lluvia vuelve a caer con fuerza y todo se va al carajo otra vez. La única luz que tenemos es la del océano, parece que fue iluminada por algo divino, me da un escalofrío de solo pensar como es que pudo suceder. Me resbalo por el agua que sigue entrando y doy directo a Félix, los dos rodamos dando giros y giros, el agua se me mete por la nariz, la boca, haciendo que me cueste respirar, no sé por qué el océano sigue tan enojado, parece que quiere llevarse a más de uno. No me doy cuenta en que momento las aguas me vuelven a arrastrar con ellas, es como si estuviéramos bailando, girando y moviéndonos hasta que nos sale el paso, lo malo aquí es que el océano es un muy mal bailarín.

Caigo por la orilla del barco de nuevo, maldigo en mi mente pensando que hace unos minutos estuve en las mismas circunstancias, lo diferente aquí es que nadie viene a ayudarme, todos están luchando su propia pelea por sobrevivir, volteo hacia abajo, no veo más que agua cristalina, muy hermosa, pero a la vez aterradora, alzo mi vista y observo a Medras que sigue en lo bajo, Binu por fin llega a él, lo toma de los brazos y lo abraza en un intento de subir a la superficie, es inútil, Medras pesa demasiado y Binu sufre para salir con él.

Mis dedos se resbalan más de la madera de donde me sostengo, si fuera algo más fuerte podría subir sin esfuerzos... mis dedos se sueltan de la madera y solo espero a caer al agua fría, sin embargo, una mano me sostiene del brazo, al voltear veo a Luca sonriéndome con esfuerzo tratando de subirme.

—No te dejaré morir Conan Chalamet —Me dice mientras me sigue jalando—. No cuando mi vida depende de ti.

Y aun así, al océano no le importa nada, hace que el barco tiemble de furia y me lleva con el, derrumba a Luca y a todo a su paso, haciéndome caer por fin a la boca del monstruo.

CORONADO: EL HECHICERO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora