Luca Andillac ha despertado, regresando a ser heredero y portador de su corona, no todo será fácil para él, una nueva oscuridad lo rodea, una princesa empezará a odiarlo, pero ¿a qué costo?, una fuerte tensión crecerá en ellos.
Conan y Desmond segu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DESMOND
El océano es impactante, la cantidad de historias que han pasado por el, las personas que han ido y venido, los cuentos jamás oídos. Simplemente es algo mucho más místico de lo que imaginamos. Ahora estamos rumbo al reino Marisma donde los reyes nos esperan junto con la princesa Tetis, me entusiasma demasiado llegar, lo único que debemos superar es al gran océano que se extiende como un gran manto abarcándolo todo. No creo que fue una grandiosa idea dejarnos a los chicos y a mí en un solo barco, mi padre cree que somos lo suficientemente maduros como para no causar problemas en el mar... lo que no sabe es que podemos causar problemas en donde sea.
Voy caminando por la parte interna del barco, en donde hay únicamente tres habitaciones y una estancia con catres, la cocina queda hasta el otro extremo, pero las ansias de comer se me van por el mareo que siento.
—¿Quieres?— me dice Félix pasándome un balde, él está tirado sobre el suelo de madera —. No puedo creer que el mar y un barco provoquen que vomite como si no hubiese un mañana.
—No, por ahora no creo necesitarlo — le digo pasando con cuidado para no pisarle las manos
Salgo de la parte baja al exterior, el cielo está un poco gris, a lo lejos veo a mi hermano con un mapa en sus manos y un sombrero en vez de su corona.
Soy el más feliz de tenerlo de vuelta, se siente irreal verlo aquí conmigo, hablándome y riendo de mis chistes malos, no puedo creer que volvió a casa, que volvió a mi lado. Conan no me quiso decir mucho de como lo despertó, yo tampoco quise sacarle más el tema, no quiero presionarlo a decirme algo, él tendrá que hacerlo cuando sea el momento sin saber que en cuanto más tarde más tendré curiosidad... sé que oculta cosas, su cara de ángel no es del todo cierta, tiene algo más oculto que espero poder saber pronto.
—¡Desmond!— Binu aparece por detrás de mí sorprendiéndome, su boina roja hace que todo en ella resalte más incluso sus ojos grandes y anaranjados —. Quiero que este viaje acabe ya...
—Pronto estaremos en tierra, no te preocupes.
—Dime — se acerca a mí tomándome del brazo y acurrucándose en el, exactamente como lo hacía cuando era un dragón —. ¿Crees que me pueda ir volando hasta llegar a ese tal reino?
Me rio y le agarro una mejilla para molestarla.
—Ni loco, podrías perderte.
Ella me suelta y se cruza de brazos, se ve tan pequeña que así enojada, da risa verla, se siente como si tuviera una hermana pequeña, es raro pensarlo, ya que hace no más de dos días aún ella era un dragón.