Capítulo 20. Cielo estrellado

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LUCA

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LUCA

Estamos corriendo por la gran vereda llena de pasto, flores y charcos de agua. Nuestras pisadas se escuchan leves, casi imperceptibles, mientras la lluvia es nuestra compañía, nosotros seguimos con nuestra huida lejos de los barcos reales. Hemos sido cuidadosos, muchísimo, para que ni mi padre, ni el de Tetis, ni ningún guardia o hechicero de luz, se diera cuenta de que en la madrugada cuatro personas incluidas una princesa, un príncipe y dos hechiceros de luz estropearan sus preciados botes hasta hundirlos en lo más profundo del basto océano. Son exactamente las dos de la mañana, el cielo sigue oscuro, las estrellas bailan sobre nosotros y no hemos dejado ningún rastro de nuestra presencia por ningún lado.

—Me lastimé una uña —Se queja Sharman y Eric lo empuja

—Solo fue una uña —Le dice susurrando—. No podíamos ocupar nuestra magia, sería muy obvio, por la mañana los demás hechiceros de luz bajarán para ver los barcos y si hubiéramos usado nuestra magia ellos lo sabrían... saben que nosotros somos los que hacemos este tipo de cosas.

Sharman ya no dice nada, solo se agarra su dedo con fuerza mientras dice cosas que no entiendo. Tetis va adelante de todos, como nuestra guía, nuestra líder y nuestra reina. 

—Lo hicimos bien, estoy orgullosa de haber hundido dos barcos del tamaño de dos dragones juntos —Tetis se detiene bajo un árbol, gotitas de lluvia caen sobre sus mejillas—. Los reyes no podrán irse de aquí, por lo menos no hoy, ni en algunos días.Cómo

—¿Cómo nos iremos nosotros? —Le pregunto, ya que desde la cena ya no hablamos de nada, ni siquiera de lo que paso estando solos, de mi beso, de su pintura, ni de nada que involucrara ese lapso de tiempo

—Sharman explícale —Tetis vuelve a caminar deprisa y nosotros la seguimos, pues un rayo enorme impacta al árbol, casi partiéndolo en dos

—Tenemos ya listo un barco a las orillas más lejanas del reino —Sharman acomoda hacia atrás su cabello azulado—. Es el único que sigue en pie.

—¿Destruyeron todos los barcos? —Pregunto levantando un poco la voz

—Tetis fue la de la idea, ¿verdad su alteza? —Eric mira a Tetis y ella sonríe muy orgullosa

—Fue un juego sucio. No quise mencionarte nada —Me dice con un poco de arrepentimiento—. Ya sabes, tenías cosas más importantes que hacer. Todos estos días hemos destruido todos los demás barcos y solo quedaron tres. Los dos que acabamos de destruir y el mío.

¿Tienes un barco? —Pregunto muy sorprendido

—Mi padre me lo regalo cuando cumplí catorce, es más pequeño que todos los demás, pero sirve y con un poco de magia será mucho más rápido que los otros. Tenemos la ventaja sobre ellos.

Tetis va temblando, su cuerpo no deja de temblar y ella lo sabe porque lo está intentando controlar, se cruza de brazos y se acurruca ella misma para entrar en calor.

CORONADO: EL HECHICERO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora