Capítulo 1. Algo oscuro me acecha

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LUCA

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LUCA

Divago en lo que creo que es mi mente, no recuerdo cuanto tiempo llevo aquí viendo mi reflejo una y otra vez, analizándome de pies a cabeza. Trago un poco de saliva al sentir de nuevo aquellas marcas en mi espalda, en mi torso, pasan incluso por encima de donde está mi corazón. Dejo de verme cerrando mis ojos y apretándolos con fuerza, ¿qué me paso?, ¿qué soy?, me niego a aceptarlo.

Desde mi llegada todo ha sido tranquilo, todo parece estar como antes, solo que absolutamente nada es igual, la gente quiere volver a sus vidas cotidianas, incluso yo lo intento, pero algo en mí se siente diferente. Al principio dude mucho en lo que estaba viendo, dude incluso de mi propia sombra asustándome cada vez que la veía, no soy el mismo Luca Andillac, no creo volver a serlo.

Volví únicamente por mi hermano. Desmond se la pasa encerrado con Vicky haciendo pociones tras pociones, practicando magia a escondidas, no le digo nada, aquella sonrisa que tenía de niño mientras me leía los libros de magia la sigue teniendo incluso ahora, no me atrevo a quitarle esa felicidad. No puedo pensar en quitarle nada más, sufrió demasiado tantos años, aun recuerdo oírlo llorar a mi lado para después quedarse dormido, quería abrazarlo o sostener sus manos, lo único que hacía era seguir ahí acostado como una momia.

Abro de nuevo mis ojos, esta vez lentamente, delante de mí ya no está ese espejo, y por unos segundos un alivio me recorre, se va cuando ahora lo que aparece es un humo negro, en forma de círculo mal hecho, flotando y moviéndose como si fueran las hojas de un árbol. Me acerco igual de lento hacia el, con temor a que me lleve a algún lugar más horrible, me dan ganas de gritar, no puede ser que incluso en mi mente no este a salvo, aquel humo sigue ahí como si siempre hubiese estado y eso es lo que más miedo me da. En cuanto acerco mis manos al humo, doy un respingo al ver que ahora las marcas se extienden por mis brazos hasta las puntas de mis dedos, me empiezo a rascar como loco como si eso pudiese quitármelas de encima, lo cual no funciona. En mi mente me dejo enredar por mi propia agonía de terror, girando sobre mí y tratando de quitarme esas marcas oscuras, me detengo en seco cuando entiendo por fin, viendo fijamente al humo que, esas marcas jamás se irán y que desde ahora son parte de mí.

—¿Luca está dormido?— escucho la voz de Medras a lo lejos —. Se ve muy pálido.

—Debió aburrirle tanto la charla que tuvo con mi padre que acabo aburrido — Mi hermano se acerca a mí y yo abro los ojos —. Está así de pálido porque en casi cuatro años la única luz que le dio fue la de las velas.

Me rio de lo que acaba de decir levantándome del sillón, mis piernas se sienten entumecidas como si hubiese estado una eternidad ahí sentado.

—¿De veras me veo tan mal?

Medras y Desmond se dan una mirada, pensando tal vez lo mismo, que claramente no dirán.

—Para nada, te ves fenomenal — Desmond se acerca y me sacude los hombros —. Lo único curioso que paso es que volvio a nevar tanto como aquella vez...

CORONADO: EL HECHICERO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora